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lunes, 25 de noviembre de 2013

PERMANENCIA Y VIGENCIA DE LA PATRIA

Victor Leonel Benavides
Por: Victor Leonel Benavides Pinilla

El 9 de enero de 2013 celebraremos con júbilo 50 años de la gesta patriótica más emblemática de la lucha nacionalista panameña por la recuperación de nuestro Canal y con él, de nuestra identidad nacional.

En aquel entonces, los estudiantes del Instituto Nacional de Panamá, en número de 200, entre varones y niñas, se dirigieron en una marcha pacífica, a la Escuela Superior de Balboa para exigir el cumplimiento del acuerdo, entre ambos países, que obligaba a las autoridades zoneitas a enarbolar el pabellón nacional al lado del norteamericano, lo cual no se estaba cumpliendo.

El ejercicio de esa acción cívica popular y nacionalista trajo como consecuencia decenas de muertos y heridos, producto de los enfrentamientos entre la población civil, que se unió a la lucha estudiantil, y los militares norteamericanos acantonados en la Zona del Canal. Los trágicos sucesos del 9 de enero de 1964 unieron al pueblo y al gobierno panameño en sus intenciones de luchar por recuperar el ejercicio de nuestra soberanía en todo el territorio panameño. Posteriormente, recuperamos el Canal, gracias a la capacidad negociadora que nos caracteriza como panameños y hoy, el mismo, es administrado con los más altos niveles de excelencia.

La ocasión es propicia, sobre todo en este mes, en que conmemoramos un año más de nuestra separación de Colombia, para repensar y reflexionar en torno al modelo de país que anhelamos y por el cual lucharon los mártires de enero.

En los actuales momentos en que nos encontramos inmersos en los avatares que entornan decidir el rumbo de la Patria, vale preguntarnos:

¿Amo realmente a mi país? ¿Cuál es el modelo de país en el cual aspiramos vivir?

¿Tengo conciencia de Patria y de pertenencia hacia ella?

¿Estoy contribuyendo a engrandecerla?

Esta y otras muchas interrogantes tienen respuesta a lo interno de cada uno de nosotros como ciudadanos de este país, independientemente de la posición, transitoria que nos haya correspondido desempeñarnos, porque la idea de Patria que concibo es permanente y trasciende el tiempo y el espacio.

No dudo de que todos los panameños queremos lo mejor para nuestro país. Sin embargo, los enfrentamientos y disensiones que a diario observamos, en nada contribuyen para fortalecer el sentido de pertenencia que hemos heredado, producto de una lucha nacionalista generacional a lo largo de toda la centuria republicana.

Soy del criterio de que la majestad de la Patria está muy por encima de las circunstancias y es por ello que a Panamá hay que amarla, respetarla, vivirla y quererla.

Hagamos un esfuerzo por nivelar en nuestros criterios, ese crecimiento económico y tecnológico de un sector de la población con la desigualdad y la pobreza que caracteriza a otros grandes sectores.

Nuestras instituciones deben mejorar su perfil de servicios a fin de que vaya aparejado con la calidad de sus recursos humanos.


Hagamos Patria desde nuestras familias, desde la comunidad, en las escuelas y en nuestras oficinas, tanto públicas como privadas. Detengámonos un momento para reflexionar en torno al modelo de país que queremos heredar a las futuras generaciones, lejos de cualquier preferencia o selectividad. Propugnemos acciones mediadoras tendientes a pacificar y no a contender. Hagamos un esfuerzo por fortalecer nuestro sentido de pertenencia hacia este hermoso país, el cual gracias a los mártires de enero y a una lucha generacional unitaria del pueblo y gobierno panameño hoy nos cobija bajo una sola bandera.

RAYUELA, 50 EDICIÓN CONMEMORATIVA

Alfaguara celebra la 50 edición de la obra literaria de Julio Cortázar
«Contranovela», «crónica de una locura», «el agujero negro de un enorme embudo», «un feroz sacudón por las solapas», «un grito de alerta», «una especie de bomba atómica», «una llamada al desorden necesario», «una gigantesca humorada», «un balbuceo»… Con estas y otras expresiones se aludió a Rayuela, la novela que Julio Cortázar comenzó a soñar en 1958, se publicó en 1963 y a partir de entonces cambió la historia de la literatura y agitó la vida de miles de jóvenes en todo el mundo.
Plena de ambición literaria y vital, renovadora de las herramientas narrativas, destructora de lo establecido y buscadora de la raíz de la poesía, durante todas estas décadas Rayuela siguió siendo leída con curiosidad, asombro, interés o devoción.
La novela llega a los lectores hoy, en su aniversario número 50, acompañada de un mapa del París de Rayuela y de un apéndice donde Cortázar mismo cuenta la historia del libro que buscó el más allá de todas las fronteras.
«Ningún otro escritor dio al juego la dignidad literaria que Cortázar, ni hizo del juego un instrumento de creación y exploración artística tan dúctil y provechoso. La obra de Cortázar abrió puertas inéditas.»
Mario Vargas Llosa

«Si no hay una voluntad de lenguaje en una novela en América Latina, para mí esa novela no existe. Yo creo que la hay en Cortázar, que para mí es casi un Bolívar de la literatura latinoamericana. Es un hombre que nos ha liberado, que nos ha dicho que se puede hacer todo.»
Carlos Fuentes

«Prosa hecha de aire, sin peso ni cuerpo pero que sopla con ímpetu y levanta en nuestras mentes bandadas de imágenes y visiones, vaso comunicante entre los ritmos callejeros de la ciudad y el soliloquio del poeta.»
Octavio Paz

«Cortázar es el mejor.»
Roberto Bolaño

«Su fundación de apertura es otra Rayuela, un libro que es la misma novela, pero que empieza al cerrar este libro.»
Julio Ortega

«Cortázar nos ha dejado una obra tal vez inconclusa pero tan bella e indestructible como su recuerdo.»
Gabriel García Márquez
 
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