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miércoles, 19 de febrero de 2014

VENEZUELA

Imagen: rubenblades.com
Artículo escrito por el canta-autor panameño Ruben Blades sobre la situación política que atraviesa la hermana República Bolivariana de Venezuela, y publicado en su sitio web oficial www.rubenblades.com

"Aún cuando no he nacido en Venezuela, siento respeto, afecto y agradecimiento hacia esa Nación y su gente. Por eso considero oportuno esbozar una opinión acerca de la situación que actualmente atraviesa el hermano país. Entiendo perfectamente que la posición por mí expresada no ha de satisfacer a algunos, pero eso no es de extrañar. Es precisamente la intransigencia, lo que define a los grupos en pugna, gobierno y oposición.

Estas dos facciones políticas han tenido, cada una en su momento, la oportunidad de servir realmente al país, pero han fallado, tal vez porque cada una ha preferido servir a sus propias agendas, fracasando en el intento de integrar al país mayoritario. Es quizás por esa razón que los argumentos que esgrimen los representantes de ambos bandos, suenan demagógicos a los oídos independientes. Ninguno de los dos posee realmente el apoyo mayoritario, de allí la parálisis. Ambos argumentos poseen un pedazo de la verdad, pero ambos se rehúsan a unirlos para crear el terreno común que permita concertar una propuesta para todos los venezolanos. 



El país está tristemente polarizado y por eso hoy Venezuela duele. La aparente ausencia de una solución se debe a la falta de un liderazgo que establezca un propósito de lucha que unifique al país, en lugar de dividirlo. Si estás a favor de la oposición, eres un burgués parásito, agente de la CIA, vendido al Imperio. Si favoreces al gobierno eres un comunista, maleante, vendido a Cuba y a los Castro. Ninguna de estas definiciones habla de Venezuela y de su necesidad. Solo pintan el odio y la expectativa

personalista de quien esgrime el argumento, impidiendo la posibilidad de un diálogo inteligente y patriótico.

El gobierno ha fallado monumentalmente en la tarea de la administración publica y ha despilfarrado de manera insólita e irresponsable, un caudal económico único en la América Latina. Intenta consolidarse cambiando leyes y ajustándolas a su argumento ideológico, censurando de paso a quienes no opinan o acatan la línea que pretende imponer. Maduro, de quien se dice es heredero de a dedo y con apoyo derivado, no parece poseer la suficiente claridad, sagacidad y manejo que requiere un mandatario para dirigir un país tan complejo.

Capriles, por otro lado, no tiene el carisma ni el planteamiento programático que convenza a la enorme cantidad de escépticos e independientes, sin mencionar al sector popular que lo identifica como heredero de las políticas rapaces de los Adecos y Copeyanos de antaño, descalificándolo como opción. Esa falta de confianza en su persona, parece impedirle ganar el apoyo de otros sectores que ya no gustan del actual gobierno y sus ejecutorias. 

La necesidad de nuevos protagonistas que planteen una agenda objetiva y patriótica, no demagógica o ideológica, es vital en estos momentos. Por eso iniciativas como la de los estudiantes, la formación de grupos verdaderamente independientes, puede resultar el inicio de un movimiento que permita a la razón nacional, superar la rabia partidista y el odio de clases. 

En Panamá ocurrió algo semejante. Recuerdo que en el tiempo de la dictadura de Noriega, algunos grupos de la oposición al régimen me atacaron por no unirme a ellos. Incluso llegaron a acusarme falsamente de apoyar al dictador, e incluso de formar parte del gobierno militar. Imagino que en igual situación se encuentran muchos venezolanos que rehusan participar incondicionalmente, o se niegan a endosar las exageraciones, calumnias, frases panfletarias y demás formas con las que la politiquería tradicional pretende conquistar adeptos, tácticas que tanto gobierno como oposición, han utilizado ayer y hoy.

A estas alturas, me resulta verdaderamente incomprensible cómo ha ocurrido que un país con tanto recurso natural y humano, con tanta calidad, nobleza y talento, se encuentre hoy sumido en una situación tan precaria, sin lograr comprender que cuando se cae en un hoyo, lo primero que se tiene que hacer para intentar salir, es dejar de cavar. Por esa razón, en estos momentos confío más en las posibilidades del argumento de los estudiantes, que en los de gobierno y oposición.

Con el cariño y respeto que le tengo a ese pueblo, me atrevo a sugerirle a los muchachos que preparen sus argumentos con objetividad, que se entreguen a la tarea de convencer a sus padres y vecinos, a lo largo y ancho de Venezuela, que se organicen al margen de la división estéril creada por gobierno y oposición, y hagan esos resultados públicos. Actúen con la madurez y capacidad demostrada por los músicos de El Sistema, carajitos claros.

Ojalá que logren sentar las bases para la discusión del país que puede ser, y no el que hoy pretenden forzar dos bandos en conflicto de intereses. Que no les obliguen a escoger entre alternativas como el cáncer o el ataque al corazón. Que los estudiantes del país, desde El Guajiro hasta Cumaná, planteen su agenda de vida y se la presenten a los dos grupos que hoy se debaten en pugna por el Poder. Díganles cuál es el país que quieren, y aclaren que no aceptarán como únicas alternativas, las propuestas por los dos bandos en disputa.

No existe ninguna duda de que el Presidente Maduro, como Jefe del Estado venezolano, debe hacerse responsable por la seguridad e integridad física del Sr. Leopoldo López, y de la misma manera, de todos los que en su legítimo derecho político, participen en las protestas. Pero también es necesario que los manifestantes no desaten la violencia. Deben argumentar en forma pacífica; el que tiene la razón no necesita gritar, o pegarle al otro para validar lo que dice.

Algunos pensarán que me inmiscuyo en asuntos que como panameño no me incumben. Me permito hacerlo por el afecto y apoyo que los venezolanos me han entregado durante más de 40 años, haciendo suyas la música y letra de mis canciones. Por esa entrega, los venezolanos están condenados a mi cariño y a mi respeto".

Viva Venezuela!
por Ruben Blades
18 de Febrero, 2014

3 comentarios :

  1. Delsa Solórzano - Venezuela20 de febrero de 2014, 9:37

    Rubén, permíteme que te hable de "tú". Te conozco a través de tu música desde siempre. Mi esposo y yo, ambos amantes de la "sala clásica", gusto heredado de nuestros padres, nos enamoramos compartiendo tus canciones -y los libros de Neruda-. La primera vez que fui a mi querida Panamá, lo primero que pedí fue que me llevarán a ver tu casa, a recorrer "Plaza Herrera" y "de Chorrillo a Carrasquilla".
    Vengo de la centro izquierda venezolana. Cuando Chávez llegó al Poder yo era una "chamita" que dejaba forzosamente la dirigencia estudiantil para dedicarme al derecho, a juro había que crecer y trabajar. Me opuse desde siempre a su gobierno. La primera razón es muy sencilla, no me gustan los golpistas. La segunda me lucía más lógica aún: soy hija de un guerrillero comunista venezolano que pasó 14 años de su vida siendo un preso político. En el Cuartel San Carlos se casaron papá y mamá. Ahí aprendí a caminar, a hablar, ahí me enseñaron que la política es una asunto civil. En consecuencia, tampoco me gustan los militares en el ejercicio del poder político.
    Leo tu carta a mi adorada Venezuela, esa que amo con tanta profundidad que no puedo pasar más de una semana afuera sin comenzar a extrañar su olor. Esa que amo tanto que antes de parir a mi hijo en esta tierra, ya sabía lo que era el amor de madre porque así mismo la quiero a ella. Esa que me hace levantarme todos los días muy temprano a tratar de construirla desde el corazón, esa que me duele cuando la recorro y hay tanta pobreza y tristeza en nuestra gente que te duele el alma. Esa que tiene los mismos problemas sin distingo de color político.

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  2. Delsa Solórzano - Venezuela20 de febrero de 2014, 9:38

    No vengo de la "cuarta república", no sé lo que es el ejercicio del Poder, no vengo de AD ni de COPEI, aún cundo los respeto muchísimo. Hoy ejerzo mi primer cargo de elección popular, soy Diputada de las fuerzas de la oposición democrática gracias al voto ciudadano, pero trabajo día a día por todos los venezolanos por igual.
    Leo tu carta y sin duda alguna, hay muchas cosas en las que tienes razón. Sin embargo, despachar como un asunto de mero trámite la lucha de la oposición no me parece lo más objetivo. Pretender que se trata únicamente de dos fuerzas enfrentadas por el poder, no es justo con la lucha que hemos dado en mi país enfrentando a un Estado totalitario que persigue sin tregua. Luchar contra un régimen no democrático por las vías democráticas ha sido un reto impresionante. De tal modo que, meternos a todos en un saco, como si no nos importara el pueblo o tuviéramos intereses diferentes a los de la gente, satanizar el ejercicio de la política honesta y sincera es parte de lo que nos tiene hoy acá. No Rubén, no me parezco a quienes hoy ejercen el gobierno. No somos lo mismo.
    Criar a mi pequeño hijo en un país con la inseguridad más alta del mundo, la escasez desbordada, y la inflación más alta del planeta, en medio de una conflictividad política terrible, escuchando los insultos en cadena nacional del Presidente de turno, o evitar que vea la TV cuando desde el "canal de todos los venezolanos" se dedican a insultar a su mami, y a pesar de eso hacer de él a un niño maravilloso y feliz que anhela ser músico y cantante igual que tú, me hace sentirme a diario como el hombre de la película "La Vida es Bella".
    Desde este lado de la calle, hemos promovido un diálogo honesto y sincero con el gobierno. Lamentablemente no hemos tenido respuesta con palabras, sino con balas.
    Desde este lado de la calle, hemos luchado con todas las fuerzas del mundo por la defensa de los Derechos Humanos de todos por igual, y lo que hemos obtenido es cada vez más prisión y más persecución política. Hoy lidio con la terrible situación de jóvenes presos y torturados por un régimen opresor, a la vista gorda del mundo que parece distinguir entre una represión buena y una mala, dependiendo de si quien reprime es de izquierda o de derecha. (Por cierto, creo con firmeza que el único socialismo a es el democrático, aquí sin duda no hay democracia).

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  3. Delsa Solórzano - Venezuela20 de febrero de 2014, 9:41

    Dime Rubén, ¿cómo no confrontar con un Gobierno que antes de estos terribles sucesos que hoy tienen incendiada políticamente a mi tierra, mantenía cerca de 30 presos políticos, centenares de exiliados y miles de perseguidos políticos?, ¿cómo no polarizar con un gobierno que censura, que cierra medios de comunicación social y que arremete contra sus periodistas?, ¿cómo no polarizar con un gobierno corrupto, donde simplemente se roban en un año más de $ 25 mil millones del ente regulador de divisas y simplemente la Fiscal General me responde que ella no sabe o que ella"no era fiscal cuando eso"?, ¿cómo no polarizar con un gobierno que no permite elecciones libres y democráticas ya que utiliza graves actos de corrupción para favorecer los resultados? -A pesar de ello seguimos participando en elecciones, seguimos ejerciendo nuestro derecho constitucional con valentía-. ¿Cómo no polarizar con un gobierno que amenaza a los empleados públicos para que voten por ellos, bajo amenaza de perder su empleo, en un país donde el Estado es casi el único empleador?, ¿cómo no polarizar con un gobierno que acabó con el aparato productivo nacional y hoy casi el 90% de lo que consumimos es importado? -aquí lo único "soberano" es la importación-. ¿cómo no polarizar con un gobierno que hambrea, que no educa, que no garantiza salud o seguridad, que divide, que odia?. Son muchas las razones Rubén. Lo que sí te aseguro, es que mi mayor anhelo es no polarizar con el pueblo. Al final del día mi pueblo amado pasa lo mismo, sufre lo mismo, llora lo mismo, la inseguridad nos azota igual seamos rojos o azules, y debemos hacer la misma fila de horas y horas en el supermercado para tratar de adquirir cualquiera de los bienes escasos, es decir todos.
    Nuestros estudiantes, valientes, combativos, maravillosos, que hoy manifiestan pacíficamente, están siendo maltratados, perseguidos, reprimidos brutalmente en las calles, y están junto a sus madres luchando por lo mismo: la paz de Venezuela y el retorno de las oportunidades. Mi hijo es demasiado pequeñito, así que me toca luchar por él.
    Ojalá que nuestros estudiantes no tengan que mirar atrás 15 años, tal como yo lo estoy haciendo ahora y no tengan que escribirle a nadie una carta como esta.
    Mis saludos desde Venezuela, donde te han escuchado "desde el goajiro hasta Cumaná".

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