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miércoles, 26 de noviembre de 2014

PUJLAY DECLARADA POR LA UNESCO COMO PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD

(Ministerio de Culturas y Turismo, 26 de noviembre de 2014).- El “Pujllay y Ayarichi. Músicas y danzas de la Cultura Yampara”, ingresaron a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO. Esta inscripción se realizó durante la 9na. Reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial de la Unesco.

El Estado Plurinacional de Bolivia, a través del Ministerio de Culturas y  Turismo (16 de marzo de 2011) envía la carpeta de postulación a la delegación permanente en París. Para la elaboración de la carpeta, se conformó el Comité Impulsor Interinstitucional a la cabeza de la Gobernación de Chuquisaca, Municipios, Comunidades de la región, Organizaciones sociales, CARE  Internacional en Bolivia y ASUR – Antropólogos del Sur.
El Pujllay se practica en la época de las lluvias y el Ayarichi en la temporada seca. El Pujllay lo ejecutan principalmente hombres en el transcurso de un ritual del mismo nombre que celebra la renovación de la vida y la abundancia traída por la época de las lluvias. Los sonidos, bailes y atuendos evocan al “Tata Pujllay”, ente demoníaco y fecundo que posee una energía desbordante.
Un grupo de músicos toca con varias flautas y una especie de clarinete de cuerno. Los danzarines, suntuosamente vestidos como el “Tata Pujllay”, giran incansablemente alrededor de un gran altar bellamente adornado con alimentos, en señal de abundancia. El Ayarichi se baila en fiestas dedicadas a los diferentes santos católicos que rigen el orden social y cósmico e influyen en la conservación de la vida. El grupo de ejecutantes de este ritual comprende cuatro músicos-bailarines –que tocan simultáneamente una flauta de Pan y un tambor– y unas dos a cuatro bailarinas.
De la confección de los trajes se encargan artesanas, que los tejen con suma minuciosidad cuidando hasta el más mínimo detalle. La ejecución de ambos ritos moviliza un vasto conjunto de redes comunitarias que aportan bebidas y alimentos en abundancia.
La transmisión de los conocimientos y técnicas musicales y coreográficas a los niños se efectúa generalmente mediante juegos colectivos infantiles y la observación de los adultos, sin intervención directa de estos últimos. El Pujllay y el Ayarichi contribuyen a la unidad de las comunidades de cultura yampara en la medida en que constituyen un medio privilegiado de comunicación con la naturaleza.
La carpeta de postulación fue trabajada a partir de la conformación del Comité Impulsor Interinstitucional a la cabeza de la Gobernación de Chuquisaca, Municipios, Comunidades de la región, Organizaciones sociales, CARE  Internacional en Bolivia y ASUR – Antropólogos del Sur.

Cortesía de napopo.com

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