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viernes, 14 de febrero de 2014

El 9 de enero y el proyecto nacional

Por: Luis Navas P.

En horas cercanas a la de este solemne acto un grupo representativo de estudiantes del Instituto Nacional marchaban en compacta formación hacia el Colegio Secundario de Balboa. Iban a reivindicar la dignidad de la patria ofendida. Ignoraban el desenlace de esa noble iniciativa. Para llegar a aquel colegio se internaron en las entrañas del monstruo.  En el enfrentamiento en ciernes hasta los muertos saldrían a combatir. Sin duda salieron Urracá, Quibián, Felipillo, Pedro Prestán, Victoriano Lorenzo y por qué no, hasta  Justo Arosemena.

Días previos, la atención pública nacional estaba pendiente de las convenciones de los diferentes partidos políticos nacionales ensimismados o preocupados en las escogencias de sus respectivos candidatos presidenciales. De la misma manera daban cuenta de la negativa tozudez de los colonos estadounidenses o “zonians” a ejecutar el acuerdo binacional de izar las dos banderas en la Zona del Canal.

El Panamá América de ese jueves, en su primera plana, a su vez informaba del llamamiento que hacia Fleming, el Gobernador de la Zona del Canal a los “zonians” a honrar el compromiso de izar las dos banderas. Así mismo daba a conocer la oposición rotunda del Consejo Cívico de Balboa de acatar la orden de izamiento.  Por su parte  el Diario Crítica informó sobre la oposición a eliminar definitivamente el asta del Colegio de Balboa como una salida a la crisis que se había provocado.

El Colegio Secundario de Balboa para ese entonces contaba con una matrícula de 1,851 estudiantes. Pese a su mercenario anticomunismo Jules Dubois, en su libro intitulado Danger Over Panama (publicado en mayo de 1964), observa que, de aquella cantidad, 1,777 eran hijos de ciudadanos estadounidenses y 74 eran no estadounidenses, principalmente panameños, que constituían un 4%. El 96% restante eran hijos de militares y civiles al servicio de las fuerzas armadas acantonadas en la Zona del Canal (50.1%); empleados del gobierno de la Zona del Canal (34.5%); comerciantes estadounidenses no gubernamentales (7.3%) y de la embajada y otras agencias del gobierno de los Estados Unidos (4.1%).  A simple vista resalta la oposición ultra conservadora de la estructura militar, civil, comercial y diplomática de los ciudadanos estadounidenses a respetar y hacer respetar el acuerdo de su gobierno al izamiento de las dos banderas.

El 9 de enero trascendió y de inmediato abrió el cauce al poderoso torrente del patriotismo panameño.  A 50 años todavía existen áreas por investigar y hay que seguir indagando.  Por lo pronto podemos distinguir otros escenarios a saber:

1. El de la eclosión patriótica de amplios sectores de la sociedad panameña; 2. El de la lucha diplomática para comprometer a los Estados Unidos a negociar un nuevo tratado y 3. El de la lucha anticolonial o de liberación nacional.

Ciertamente, la indignación nacional prendió en la conciencia de miles de panameños, fundamentalmente entre los humildes y entre su juventud. La desigual confrontación con el más poderoso de los ejércitos imperiales de la historia mundial además de coraje y voluntad de lucha requería iniciativas que preservaran lo más posible la vida. Eso fue lo que procuró hacer el movimiento estudiantil universitario ese mismo 9 de enero, en horas de la noche: evitar que los panameños se convirtieran en fácil tarjeta de tiro para las tropas agresoras. Se organizaron manifestaciones simultaneas a la Comandancia de la Guardia Nacional, en la Avenida B, a exigir armas y otra que se dirigió a la Presidencia a exigirle al presidente Roberto Francisco Chiari,  firmeza ante los Estados Unidos de América y que ordenara a la Guardia Nacional que saliera a defender o que entregara armas al pueblo.

La noche del 9 fue asaltado un negocio de armas en la capital de nombre América y se sustrajeron algunas armas y municiones. De esta manera el enfrentamiento adquirirá otra dimensión,  pero desproporcionadamente desigual por el poder de las armas de los militares estadounidenses.

Al igual que en la capital, en las principales provincias del país también se desarrollaron jornadas significativas. En Coclé se constituyó inmediatamente el Comité Por Defensa de la Soberanía Nacional. En Azuero hubo manifestaciones de repudio a la cobarde agresión.

En Veraguas, provincia donde se había dado una efímera experiencia guerrillera en 1959, su Consejo Municipal mediante resolución le declaró la guerra a los Estados Unidos de América; convocó a un cabildo abierto y con el apoyo de más de mil firmas organizó las milicias populares. Su comandante en jefe Pedro Núñez Adames, le remitió un telegrama al Presidente Chiari, poniéndose a las órdenes. Hubiera quedado como una simple anécdota si no es porque el Presidente Chiari se tomó muy en serio la disposición de los patriotas veragûenses y les contestó lo siguiente: 

Pedro Nuñez Adames
Comandante en Jefe 
Milicias Populares de Veraguas
Santiago

Gracias. Mil gracias le doy a los soldados sin armas de mi patria. Y, he aquí lo relevante, agregó a renglón seguido Os prometo no ceder un ápice ante el imperio.
RFCH Presidente de la República.

Si lo primero podría motivar cualquier risa burlona, lo que escribió de inmediato era un firme compromiso patriótico.

Desde Chiriquí se reportó la destrucción en David de las oficinas de la USIS y del Chase Manhattan Bank. En Puerto Armuelles, donde operaba la compañía bananera, sus directivos, ciudadanos estadounidenses se refugiaron en Costa Rica. El Consejo Municipal del Barú tomó la iniciativa de convocar a los 63 consejos distritales del país a un Primer Congreso Municipal por la Defensa de la Soberanía y en apoyo al presidente Chiari. Este congreso se efectuó en la Ciudad de Panamá el 18 de enero de 1964.

¿Por qué había que apoyar a Chiari? Por cuatro razones sustanciales:

  1. Rompió inmediatamente relaciones diplomáticas con los Estados Unidos de América.
  2. Acusó a los Estados Unidos de América por agresión en la Organización de las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos.
  3. Exigió negociar un nuevo Tratado
  4. Para neutralizar la represión de la Guardia Nacional contra los combatientes. Muchos ignoraban que en la comandancia de la Guardia Nacional los Estados Unidos de América contaban con una oficina de enlace militar y se vieron obligados a abandonarla el viernes 17 de enero. (Véase El Día 18-1-64.p1).  También olvidan que desde 1942 hasta 1970 el Ministro de Relaciones Exteriores de Panamá tenía un asesor militar de los Estados Unidos de América.

Al día siguiente de la agresión los diarios de Panamá y el mundo daban cuentas de las consecuencias del ataque despiadado e injustificado al pueblo panameño.

El diario La Hora en su edición del 10 de enero denunciaba que 10 panameños habían sido asesinados y 183 heridos. Como quiera que los Estados Unidos de América jamás aceptó su responsabilidad por el asesinato y por los heridos panameños, al contrario, de manera cínica dijeron que solamente dispararon proyectiles para cazar patos (perdigones) y que estaban cuidando las propiedades de la Zona del Canal, por esa razón el gobierno panameño está obligado a fundamentar su acusación por agresión que le formuló a los Estados Unidos de América ante la Organización de los Estados Americanos.  Por medio de una meticulosa investigación efectuada por el Lic. Guillermo Beleño C., Jefe del Servicio de Informes y Estudios Sanitarios del Ministerio de Trabajo, Previsión Social y Salud Pública. La investigación testimonia que los agresores recurrieron a las balas, perdigones, bayonetas, culatazos y el empleo abusivo de gases lacrimógenos y sofocantes y contundentemente demuestra que las lesiones infringidas se ubican en el abdomen, piernas, tórax y cráneo.

La información se recopiló en 3 Centros Hospitalarios, dos en la Ciudad de Panamá: el Santo Tomás y el de la Caja del Seguro Social y el otro, el Hospital Amador Guerrero de la Ciudad de Colón. Además de otros heridos de menor cuidado, fueron atendidos  por su gravedad 471 en estos 3 Centros de Salud. De ese total fallecieron 21: 18 fueron asesinados en Panamá y 3 en Colón. La mayoría de los heridos son hombres (434) entre los cuales mueren 19. De las 37 mujeres mueren 2 y ambas niñas y en sus respectivas residencias. De los 85 heridos por bala: 72 pertenecen a Panamá y 13 a Colón. De estos 11 fallecieron en Panamá y 2 en Colón. Por los efectos de los gases 37 fueron atendidos, sin embargo, en Colón se concentra este tipo de afectación con 28 incluyendo una baja fatal, una niña. El resto eran indígenas Gunas de aquella ciudad. Por perdigones, la mayoría (36) eran de Panamá y 9 de Colón. En cambio por bayoneta y culatazos predomina Colón con 9 de un total de 11.

Nuestro primer mártir, el Ascanio Arosemena, cayó el 9 de enero a las 7:30 p.m. abatido por un proyectil que le perforó el pulmón derecho y le cortó la aorta. Al día siguiente 10 de enero al mediodía otro potente proyectil le destrozó el cráneo a la niña Rosa Elena Landecho estando en el balcón del multifamiliar de San Miguel, corregimiento de Calidonia. (véase el Diario Critica 14-1-64 p2).  El primer mártir colonense el Carlos Renato Lara, fue asesinado el 11 de enero. Más de uno le disparó: una bala le destruyó el cerebro y recibió varios impactos de perdigones en el tórax y el abdomen.

Allá en Colón se combatió hasta las primeras horas del 12 de enero.  Es en Colón donde se dieron los últimos combates, los últimos heridos y los últimos mártires.  Al igual que en la ciudad de Panamá, infructuosamente fuimos al Cuartel de la Guardia Nacional a pedir armas y fracasamos al intentar hurtar las armas de caza que vendía Casa Mom.  Sobre la resistencia Colonense se refirieron desde el Subsecretario de Estado Thomas Mann hasta la Revista Life, la de la portada emblemática que recrea la escalada del poste eléctrico para colocar la Bandera Nacional, (véase Revista Life Jan-24-1964) y Revista Life en español (2-3-1964).

Después de ser herido mi hermano Juan Antonio Navas Pájaro, asesinan al Sargento de la Guardia Nacional Celestino Villarreta y minutos después ingresa el cuerpecito en pañales de una niña de tan solo 6 meses, Maritza Alabarca.

Es importante destacar que la designación de Avenida de los Mártires nació de la genialidad de varios jóvenes, de esos muchos héroes anónimos que surgen al calor de las luchas, ellos se subieron el 10 de enero, al frontis del Gimnasio de Ancón y simultáneamente pintaron el muro de la entonces Avenida 4 de Julio y allí estamparon el nuevo nombre que los panameños daríamos a esa avenida de la quinta frontera como la llamó acertadamente Omar Torrijos Herrera. El Concejal Ricardo Lince lo oficializa mediante acuerdo municipal el 14 de enero de 1964. Por eso resulta ridículo pretender impedir que los actuales muralistas o artistas panameños, agrupados en El kolectivo, recuperen la memoria histórica en los muros de la Avenida de los Mártires, que debe su nombre a los trazos irregulares de aquellos artistas de enero de 1964.  No se dan cuenta, nuestros gobernantes de turno, que la memoria de una nación es imborrable mientras exista nación,  que “no se puede tapar con pintura lo que nuestro pueblo escribió con su sangre”.

Otro 9 de enero fue el de la batalla diplomática, y esta guerra también tuvo héroes destacados que supieron vencer el miedo y la cobardía de muchos que aconsejaban al gobierno desistir de sus posiciones dignas ante la soberbia y humillaciones del imperio. Los Estados Unidos de América no querían negociar si no simplemente dilatar el debate por la vía diplomática. La experiencia de más de medio siglo de relaciones con los Estados Unidos de América advertía ser preciso en los conceptos ya que ellos son expertos en las interpretaciones e imposiciones unilaterales. Ese pulseo no estaba exento de propiciar un golpe de estado o que prosperara el anticomunismo o la división entre los panameños. Las circunstancias crearon condiciones para que se pudieran superar viejos prejuicios y hasta diferencias secundarias.

Con ese propósito, la misma noche del 9 de enero se reunieron varias organizaciones en la Casa del Periodista para constituir el Comité por la Defensa de la Soberanía Panameña.  Ese Comité organizó el Primer Congreso por la Soberanía, que sesionó en este Paraninfo Universitario desde el sábado 15 al domingo 16 de febrero de 1964.

Jamás se abandonó la movilización del movimiento estudiantil y de amplios sectores sociales.  Las manifestaciones estudiantiles, los mítines en el parque de Santa Ana eran constantes. El balcón presidencial era el lugar donde se renovaba el compromiso de no restablecer las relaciones diplomáticas sin antes tener la absoluta seguridad de unas nuevas negociaciones. Las consignas callejeras además de apuntalar la posición del presidente Chiari servían para fortalecer la rectitud de la gestión diplomática. Se exigió un embajador más experimentado ante la Organización de los Estados Americanos  y Miguel “Mike” Moreno, candidato a la presidencia por un pequeño partido, el  Reformista Nacional, aceptó encarar el reto. Del 17 de enero hasta el 3 de abril de 1964, cumplió exitosamente su misión y dejó para la posteridad esas vivencias por medio de un libro intitulado: “MISION A WASHINGTON”.

El sector empresarial, antes del 9 de enero, era sencillamente impensable acordar con ellos líneas de acción, pero la realidad y la dinámica de los acontecimientos fué fraguando sobre la marcha puntos de coincidencia que allanaron el camino de la unidad nacional. Ellos contribuyeron a ganar adeptos a lo interno de los Estados Unidos de América ayudaron a que influyentes diarios como el Washington Post y relevantes políticos atendieran con objetividad las reclamaciones panameñas. Roberto Motta C., el ex presidente Tomas Gabriel Duque, periodistas como Mario Velásquez, lograron publicar una “Carta Abierta” en el Washington Post y el New York Times.

Ese 9 de enero, el referido a las luchas diplomáticas era más complicado porque tanto en Estados Unidos de América como en Panamá estábamos inmersos en nuestros respectivos procesos electorales y las fuerzas sectarias podían descarrilar cualquier solución con tal de sacar buenos dividendos.

En circunstancias en que los Estados Unidos de América se resistía a aceptar negociar con Panamá y ante la división política de los panameños, se llegó a proponer forjar una gran alianza política de unidad nacional, pero los egos y proyectos personales sepultaron esa posibilidad electoral.

Pese a todo, la tenacidad y la perseverancia del Gobierno de Chiari conjuntamente con el apoyo de las organizaciones populares y la solidaridad internacional, hizo posible que los Estados Unidos de América reconocieran públicamente el compromiso de negociar con Panamá la eliminación de las causas de conflicto en las relaciones de ambos estados mediante un nuevo tratado justo y equitativo para ambas partes.

A partir de esa Declaración Conjunta (3 de abril de 1964) se inició el proceso de negociación pero lamentablemente se volvió a la vieja práctica del secretismo, al estrecho marco bilateral, la exclusión de todos los sectores contestatarios y de todas las fuerzas sospechosas de oponerse a la política colonialista de los Estados Unidos de América en Panamá.  En noviembre hacen renunciar a Jorge Illueca como negociador.

Por razones de tiempo diré en apretada síntesis que en las elecciones presidenciales de mayo 1964 “ganó el candidato de confianza de los Estados Unidos de América Marcos Aurelio Robles”.  El fraude fue escandaloso.  En 1968 presidió las elecciones más asquerosas que conoce la historia político electoral de Panamá.  Ganó en esa ocasión Arnulfo Arias Madrid y permaneció 11 días en el poder.  Un golpe militar lo defenestró.

Hubo varias purgas en el seno de la Guardia Nacional y a partir de 1970, bajo la conducción del General Omar Torrijos Herrera, se estableció y desarrolló una nueva estrategia en el proceso de negociación basada en la construcción de un amplio pacto nacional para recuperar el Canal y desmantelar las bases militares extranjeras en el territorio nacional, se recurrió a ganar el apoyo de la Comunidad Internacional, camino que nos condujo a ingresar a los países no alineados, a restablecer relaciones con Cuba y finalmente otros factores como el avance de la lucha anticolonial en Asia, África y América Latina nos permitieron, el 7 septiembre de 1977 en la sede de la Organización de los Estados Americanos, en Washington, firmar dos (2) tratados con los Estados Unidos de América los llamados Torrijos – Carter: el Tratado del Canal de Panamá y el Tratado de Concerniente a la Neutralidad Permanente del Canal y al Funcionamiento del Canal de Panamá.

Esos dos Tratados entraron en ejecución el 1 de octubre 1979. El Tratado del Canal expiró el 31 de diciembre 1999 fecha en la que asumimos el control total y absoluto de la dirección y administración del Canal de Panamá. Reintegramos el territorio conculcado a principio del siglo XX, conocido como zona del canal. Atrás quedó para siempre la perpetuidad y la presencia interventora de las bases militares de los Estados Unidos de América Después de 500 años de explotación de la posición geográfica asumimos su control y aumentaron exponencialmente los beneficios económicos directos e indirectos.  Por ejemplo, desde 1913 a 1979 recibimos en concepto de anualidad $74.2 millones; desde 1980 al 99, como co-administradores del Canal en virtud del Tratado Torrijos-Carter recibimos $1,740,262  millones.  A partir de ser Panamá la dueña absoluta de su posición geográfica recibió desde 2000 al 2013, $8,500.9 millones.  Solamente el año pasado recibió $1,032.3 millones.

Sin el 9 de enero no se hubiera reconquistado nuestro territorio, ni eliminado el control a perpetuidad de los Estados Unidos de América, tampoco hubiéramos erradicado las bases militares, lo que constituye uno de los mayores logros que hemos alcanzado como nación.

No obstante, esa conquista se puede desvanecer si toleramos que la actual coyuntura de la globalización perdamos nuestros objetivos que como nación libre y soberana debemos mantener y marchemos al compás de los intereses extranjeros.  Para nadie es un secreto que en Panamá por lo menos dos (2) grandes corrientes han coexistidos. Una, la que se esfuerza constantemente por elaborar un proyecto de nación que beneficie a la mayoría de los panameños, mientras que la otra desea subordinar a todos a sus propósitos egoístas excluyentes y de beneficios para los menos y/o al servicio de los interés extranjeros. Un claro ejemplo de esta política excluyente y egoísta la encontramos en la destrucción que desde el Estado se hace a nuestro sector agropecuario, sin tomar en cuenta que todo Estado Nacional está obligado también a garantizar su soberanía y seguridad alimentaria.

Por otro lado,  la educación pública en Panamá cada vez más deja de ser una promotora  de la movilidad social y fuente de oportunidades para los panameños pobres del campo y la ciudad.  Hasta la fecha se mantienen las anacrónicas escuelas multigradas que son un mecanismo reproductor de la pobreza. Un urgente y profundo cambio de nuestro sistema educativo no se puede alcanzar desde arriba, sin la participación activa de todos quienes intervienen en el proceso: gobierno, educadores, estudiantes, padres de familia y ciudadanos.

Igualmente, cegados por el becerro de oro o el afán desmedido de hacer negocios corruptos hemos desmejorado la calidad de vida de la mayoría de los panameños.  Son evidentes las carencias en materia de nutrición, trabajo y salarios dignos, agua potable, vivienda, caminos, carreteras, asistencia médica de calidad y sanidad en general, educación de calidad.  Han sido muchas las promesas de mejores días que se alejan cada vez más de ser concretadas.

Hace 50 años se discutía si trasladar o no el Instituto Nacional.  Hoy se pretende eliminar sus primeros años sin dar más explicaciones.

También les recuerdo que hace 50 años se propuso juiciosamente un acuerdo o pacto político para estructurar un gobierno de unidad nacional y los políticos acostumbrados al clientelismo cerraron esa opción.  Ya sabemos a qué condujo esa miopía.  ¿Hemos aprendido la lección?

Por último, si hay algo que peor retrata el alma enferma en una sociedad degradada es su ingratitud y desprecio a preservar el legado histórico. Hubo dinero para rendirle honor a un desalmado conquistador español y no lo hay para digitalizar los periódicos de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional. La Patria está en deuda con esos hombres y mujeres que ayudaron a consolidarla. Despojados de toda mezquindad, tenemos la obligación de reconocerles en algún momento sus aportes innegables.  Cuando se defienda la Patria, y decir Patria es decir Madre, no se esperan réditos crematísticos.  Preservar la memoria histórica exige rendirle el merecido tributo, entre otros, al Presidente Chiari, a Manuel Solís Palma, a Eloy Benedetti, a Miguel Moreno, a Jorge Illueca y a esa dirigencia estudiantil que supo entender el momento y acudió sin dilación al parto de la historia.

Finalmente, los panameños tenemos la obligación de preservar el legado ante los nuevos retos que hoy nos llaman y nos convocan. Actualmente se cierne sobre el Canal de Panamá, y su proceso de  ampliación, peligros a los que se le debe prestar toda la atención.  

El Canal es pieza esencial del proyecto nacional, no solo por la soberanía y la integridad del territorio, sino porque la riqueza que genera debe servir para un desarrollo con equidad y bienestar que alcance a todos los sectores sociales.  El proceso de formación del Estado Nacional no se podrá completar siendo una neocolonia totalmente supeditada al carro de los intereses de los Estados Unidos de América y siendo una plataforma de dominación y agresión militar hacia otros países. 

El legado y sacrificio de los mártires de enero y de quienes los antecedieron en la lucha anticolonial, sólo tiene sentido si los beneficios alcanzan a los sectores tradicionalmente marginados del país. Pero quedan numerosas tareas pendientes.  Afianzar la identidad nacional es una de ellas.  El empoderamiento social de las áreas revertidas:  no puede ser que sirvan sólo a la clase social que menos luchó por recuperar el Canal y expulsar a las bases militares.  No puede ser como se advirtió proféticamente estemos sustituyendo el no traspasing por prohibido pasar, propiedad privada.

La defensa del principio del Canal para los panameños, no es solo defender su autonomía o a un administrador, es evitar que el principal patrimonio de la nación, que costó sangre de generaciones de panameños, que su institucionalidad conquistada, sea nuevamente usurpado, esta vez por un reducido grupo de atracadores nacionales en complicidad con otros extranjeros.

Honrar a los mártires de enero hoy implica luchar para evitar que el Canal de Panamá y los nuevos negocios y riquezas que generará gracias a su ampliación, se conviertan en el botín del grupo de saqueadores del Estado Panameño.

El nuevo escenario geopolítico pasa por el interés primordial de Estados Unidos en que se inaugure pronto la ampliación del Canal de Panamá y con ello desalentar, hasta dónde sea posible, la construcción de un nuevo canal por Nicaragua, proyecto que ellos si se toman en serio.  Ellos conocen lo que es capaz de hacer una potencia emergente como China que, con ello tendría presencia en las rutas de aproximación que surcan el Caribe, región en la que se mantienen varias disputas territoriales entre Nicaragua, Costa Rica, Colombia y Panamá.  Es el mismo mar que bordea a Venezuela y su petróleo, a la zona petrolera del Golfo de México (y de los propios Estados Unidos), de la también petrolera Trinidad y Tobago y por el que tendrá que transitar parte del petróleo brasileño.  Por ello, su vicepresidente, Joe Biden, visitó nuestro país, previo recorrido por los puertos norteamericanos en los que se está invirtiendo para aumentar su calado para los postpanamax.

Es la misma región surcada por las llamadas rutas del narcotráfico internacional y la misma en la que existen prósperos paraísos fiscales y reconocidos centros dedicados al lavado de dinero.

Ese nuevo escenario geopolítico y geoestratégico pasa por definir si el clima de negocios que existe en el país de mayor crecimiento y mayor potencial económico de la región se caracteriza también por el crecimiento incontrolado de la corrupción a todos los niveles.  La crisis provocada por el consorcio integrado por  la española Sacyr-vallehermoso, de muy dudosa reputación, es el mejor ejemplo de una traslación peligrosa y desafortunada, en materia de contrataciones públicas panameñas, de la terrible danza de los billones de los sobrecostos. 

El nuevo escenario que los panameños estamos obligados a construir en la actual encrucijada implica la redefinición de una política exterior panameña de Estado y no de gobiernos que ocasionalmente ganan elecciones, basada en una doctrina de independencia, soberanía, identidad, confianza y autoridad en el concierto de naciones, no la comedia vergonzosa que vemos cada día.

Por todo ello la eclosión de enero de 1964, debe ser permanente para seguir teniendo PATRIA y no ser absorbidos por filibusteros actuales.

Este tributo sincero de la Universidad de Panamá destaca su conciencia crítica y por consiguiente no debe cejar en la enseñanza de la historia nacional y en el restablecimiento de la asignatura Relaciones de Panamá con los Estados Unidos y, de igual manera, seguir bregando por la eliminación del armamento peligroso que dejaron abandonados en lugares como: La Isla San José y Fort Sherman entre otros lugares.

La memoria de los Mártires de enero de 1964 y de todos los patriotas de antes y después, hay que honrarla todos los días, luchando por construir un país en el que todos podamos sentir orgullo y no vergüenza de ser panameños.

martes, 26 de noviembre de 2013

LO QUE DIJO EL GENERAL FLEMING, GOBERNADOR DE LA ZONA DEL CANAL SOBRE EL 9 DE ENERO DE 1964

El Gobernador de la Zona del Canal de Panamá, Mayor General Fleming (a la derecha) es entrevistado por el enviado especial de Siempre (México) Luis Suárez. En su mesa de trabajo hay un letrero que dice "Yo no tengo úlcera, doy úlcera".
"Mi deber es gobernar aquí con relaciones diplomáticas o sin ellas; los zonians son norteamericanos ciento por ciento"

La entrevista fue realizada el 23 de enero de 1964 por el periodista Luis Suárez del suplemento Siempre de México.

Sobre la mesa del Mayor General Robert Fleming Jr, Gobernador de la Zona del Canal de Panamá, hay un letrero que dice: "Yo no tengo úlcera, yo doy úlcera".

Esa profesión de optimismo no parece alterada ni siquiera después de que graves incidentes causaron 22 muertos y medio centenar de heridos en las fronteras y dentro de la Zona que el General Fleming gobierna.

El gobernante es un hombre de 56 años, con mediana estatura, graduado de la Academia Militar de los Estados Unidos en 1928, incorporado al cuerpo de ingenieros y participantes en el teatro europeo de la guerra. Sus nervios parecen tranquilos. Pero entretiene sus manos, mientras habla con un pequeño puntero de madera negra, cuyo mango es una figurilla femenina de elaboración india.

Fleming gobierna lo que algunos panameños llaman "la jaula de oro", esto es un área de 1,432 kilómetros cuadrados bajo jurisdicción norteamericana. Una cerca de alambre, con algunas entradas sin control en tiempos normales, forma esa "jaula de oro". Se le dice así por sus excelentes condiciones de vida, que chocan violentamente con la mayoría del pueblo panameño. Verdes pastos, espacios limpios, campos deportivos, viviendas de lujo o amplias y decentes; sueldos mayores, ventajas superiores a las que tienen los trabajadores de Panamá.

Este pequeño "imperio" gobernado por el General Fleming está formado por unas 45,000 personas, que viven o trabajan en "la jaula de oro". De los 14,500 empleados de la empresa norteamericana Compañía del Canal de Panamá, 11,000 son panameños. Hay entre éstos un núcleo humano que tiene nacionalidad panameña, que son los negros descendientes de los antiguos constructores del canal, a quienes comúnmente se les llama jamaiquinos, y también, peyorativamente, "chombos". Hablan inglés, son adictos a la administración yanqui y generalmente menospreciados incluso por los panameños de origen negro.

Los norteamericanos de la Zona, o los nacidos en ella bajo la bandera de los Estados Unidos, son los zonians o zoneítas. Ellos forman el elemento conflictivo de la situación, en medio de grandes privilegios que irritan a los panameños. Existe también una policía de la Zona, un cuerpo de seguridad y las tropas norteamericanas de lo que es, en realidad, una enorme base. Ahí se encuentra el Comando Sur de los Estados Unidos, que dirige el General O'Meara. En estos días, la vigilancia militar se ha estrechado. Antiguos locales civiles, como teatros y otros establecimientos, son hoy acantonamientos militares del Comando.

El General Fleming nos recibe en el "Building Administration", la sede de su Gobierno. Vive aquí cerca en el mismo Cerro Ancón, en la casa de madera que perteneció al Coronel George Washington Goetals, antiguo Gobernador, que hasta 1914 estuvo situada en lo alto del corte culebra, más adentro y en la orilla del canal. Washington trasladó hasta el Ancón la casa entera, haciéndola flotar sobre el agua.

El Gobierno de la Zona del Canal es una entidad gubernamental independiente, lo mismo que la empresa del Canal. Al gobernador lo nombra directamente el Presidente de los Estados Unidos, y es al mismo tiempo presidente de la Compañía, cuyo accionista es el gobierno norteamericano. Las propiedades, inversiones y servicios son estatales... pero del Estado norteamericano.

Es despacho de Fleming está abundantemente adornado con trofeos, muchos de ellos otorgados por los comités permanentes de los carnavales. Me dirijo al Gobernador llamándole Señor. Un funcionario de la oficina de información que nos sirve de intérprete, me aclara: "No es señor, es Mayor General".

-Señor Mayor General, ¿Cree usted que entre los habitantes de la Zona del Canal, los llamados zonians, hay una mentalidad especial, que no los hace sentirse enteramente norteamericanos? -comienzo preguntando. Y el señor Fleming responde secamente, concisamente: -Yo creo que no tienen una mentalidad especial, sino que son ciento por ciento norteamericanos y patriotas. (Un informe oficial proporciona los resultados de una encuesta entre 2,056 ciudadanos norteamericanos civiles de la Zona -el 55 por ciento del total-, según los cuáles sólo 318 empleados de la Compañía pertenecen a la segunda generación de zonians, es decir, nacidos aquí. Un panameño me había dado la noticia de que una mujer de la Zona se quejaba: "A nosotros no se nos considera enteramente norteamericanos ni panameños". En Panamá se compara a los zonians con los colonos franceses "ultras" de Argelia, enraizados en un territorio que no quieren abandonar.

-¿Cuál es la razón, Mayor General, por la cuál no se izó la bandera panameña en la escuela de Balboa, origen de los incidentes sangrientos y de las actuales dificultades? -La causa es que no había dos astas, sino una sola. No se podían alzar las dos banderas. Cuando llegaron los estudiantes panameños, con permiso para mostrar su bandera, nos encontramos con que era imposible por falta de asta. Había allí dos grupos de estudiantes: Uno panameño, otro norteamericano. Los dos tienen emoción y así siempre hay posibilidad de una pelea. (No habiendo más de un asta en la Escuela Balboa, Fleming dispuso que tampoco se izara la bandera norteamericana, para evitar el conflicto. Pero los estudiantes zonians protestaron y se opusieron al izamiento de la panameña. Entonces se izó sólo la norteamericana y los estudiantes panameños fueron rechazados con la suya, que fue destrozada en la trifulca, comenzando el tiroteo y los ataques a los autos y propiedades norteamericanas en la avenida fronteriza 4 de julio, más recientemente llamada Presidente Kennedy, sobre cuyo nombre los panameños pusieron el de Avenida de los Mártires).

-Habiendo sido un acuerdo del Presidente Kennedy el izamiento de las dos banderas en los puntos de la Zona, ¿Cree usted que ha habido un cambio, una nueva orientación después de la muerte de Kennedy? -No señor, no necesito una nueva orientación. La administración actual de los Estados Unidos tiene el mismo norte del Presidente Kennedy y va a cumplir con todo después de Kennedy.

-¿Puede darse por concluida la llamada "Operación Amistad" que el gobierno de la Zona realizaba en Panamá? -Realmente, la Operación Amistad no funciona en estos momentos. Para los norteamericanos resulta imposible entrar en Panamá, pues existe el peligro de sus vidas y propiedades. Los Estados Unidos quieren proseguir con la Operación Amistad, pero es imposible bajo las condiciones actuales.

-¿Será levantada de nuevo la cerca de alambre que fue derribada durante los sucesos, en el límite de Panamá y la Zona? -Ayer fue levantada.

-¿Por qué razón son evacuados los civiles del canal? ¿Se temen nuevas dificultades? ¿Quedarán aquí solamente militares? -Solamente son evacuados los familiares del personal militar que reside en Panamá, no de la Zona. No creemos necesario evacuar la Zona. Pero aquí, en la Zona, no hay casas suficientes y algunos de esos familiares deben salir hacia los Estados Unidos. En estos momentos hay 3,600 personas refugiadas en la Zona, que son las familias de esos militares. O bien esperan aquí la normalización, o salen.

-¿Cuando cree usted que volverán a pasar a Panamá los civiles zoneítas? -Ahora todavía hay dificultades. Yo no sé si esto dependa de las acciones y de la actitud del gobierno de Panamá. Si el gobierno panameño quiere controlar la situación, puede hacerlo. El gobierno ha dicho que controlará la situación y durante los últimos días la ha controlado. Los civiles zoneías pasarán a Panamá cuando haya cambiado el ambiente. Se requiere una actitud moderada para los norteamericanos. Personalmente yo siento mucho que las relaciones se hayan roto, porque bajo estas condiciones es más difícil gobernar.

-¿Tiene usted esperanza de un arreglo? -Yo no puedo decirlo. No es mi responsabilidad. Hay muchas personas trabajando en eso. Mi deber es gobernar aquí haya relaciones o no. Claro, es más difícil sin relaciones. Estamos dedicados a arreglar las cosas entre Panamá y la Zona. El gobierno de la Zona compra nuevamente cosas producidas en Panamá. La carne no, porque deben pasar inspectores y esto no es posible.

-¿Necesita la Zona de Panamá para abastecerse? -No. Nosotros traemos de Panamá muchas cosas: huevos, vegetales, frutas, refrescos, pan, helados, leche y antes también carne. Importamos directamente cosas que Panamá también importa. (Los periódicos del jueves 23 de enero acusan a Fleming de comprar en Colombia carne con aftosa, y lo denuncia como un peligro para la ganadería en Panamá).

-Señor Mayor General: ¿Ha tenido usted antes algún otro puesto más difícil? -El rostro del Gobernador Fleming se rompe ahora en una sonrisa: -No he tenido nada peor, pero sí situaciones similares, en puestos anteriores con implicaciones políticas internacionales...

El Gobernador ha publicado una carta dirigida a los empleados del Canal, donde critica la actitud de la prensa panameña, y les dice: "Cuando ustedes lean los periódicos locales, manténganse serenos y recuerden que los artículos que ustedes lean están calculados para agitarlos y excitarlos... Los empleados del Canal de Panamá pueden recibir más críticas injustificadas antes de que se establezcan los hechos verdaderos y el público de los Estados Unidos comprenda mejor la situación. Mientras tanto, mantengan baja la presión sanguínea..."

Al despedirme miro hacia el letrero en la mesa del Gobernador: "Yo no tengo úlcera, yo doy úlcera". Y no tengo mucho menos que preguntarme: ¿seguirá siendo eso cierto por mucho tiempo?

NOTA: La publicación de este material ha sido posible gracias a la Biblioteca Nacional de Panamá y su exposición denominada "Caravana de la Soberanía Panameña" en el marco del cincuentenario de la gesta patriótica del 9 de enero de 1964.

lunes, 27 de mayo de 2013

SOBRE PIRATAS, CORSARIOS Y BUCANEROS EN LA HISTORIA DE PANAMÁ


Por: Dr. Augusto Fábrega.
Maestro de Enseñanza Primaria y Médico.
Miembro de la Sociedad Bolivariana de Panamá.

Apreciados contertulios en la red: saludos. A los que piensan que la piratería es asunto de épocas muy distantes, les recuerdo  que los herederos y émulos de los piratas, corsarios y bucaneros operaron hasta hace alrededor de media centuria en los mares próximos a la China y en el presente operan en el Océano Índico, en los mares cercanos al cuerno de África, particularmente  en la costa de Somalia. Generalmente los actos de piratería en la actualidad se dan en el estrecho de Malaca ubicado entre Indonesia y Malasia, en las costas de Bangladesh, en el Mar Rojo, en el golfo de Guinea  y  en otras latitudes.


Para ilustrar el pasado de las citadas actividades en nuestro medio, les hago llegar un segmento del  libro  de la autoría del suscrito “Por los Senderos de la Patria y más allá” que espero y deseo les resulte interesante.
Vuestros comentarios serán bienvenidos.

SOBRE PIRATAS, CORSARIOS Y BUCANEROS EN LA HISTORIA DE PANAMÁ

Desde las épocas de la colonia  la ruta comercial  a través del istmo de Panamá fue muy importante para Europa. A Panamá arribaban los galeones repletos de oro, plata  y piedras preciosas procedentes de lo que fuera el imperio incaico. Una vez al año  salían las naves españolas desde Portobelo para España, estas mismas naves retornaban de Europa  cargadas de provisiones. 

En Portobelo se efectuaba una feria anual, donde se intercambiaban productos procedentes de Europa y del Nuevo Continente, la riqueza existente en el área hizo a Portobelo blanco de los ataques de corsarios y piratas.

Portobelo fue tomada por Henry John Morgan en 1668. Se dice que para la acción fue pertrechado por el gobernador de Jamaica, pues éste reconocía al pirata como capitán de la armada inglesa. Sobre la toma de Portobelo una crónica relata:

“Llegan al puerto de Naos, a diez leguas de Portobelo. Es de noche y a la población apenas se le da tiempo de organizarse. Morgan primero ataca el convento, saca a monjas y sacerdotes, mientras el gobernador de Portobelo se atrinchera  con sus soldados, sin dejarse intimidar por la fuerza y el ataque sorpresivo de los piratas. Morgan lanza a los religiosos por delante para que el gobernador no dispare y se rinda, pero no, las monjas y sacerdotes van cayendo de a uno en uno sin que éste ordene el alto al fuego, y a pesar de verse perdido, pues se le habían acabado las municiones, siguió peleando con su espada, y lo hizo con tanta furia que logró llevarse a varios asaltantes al otro mundo; pero Morgan logra desarmarlo y no tiene compasión de él y lo destaza frente a su esposa e hijos.”    

En 1739 el 22 de noviembre  el Almirante Edward Vernon, se posesionó y saqueo a Portobelo.  Como un acto de recordación de  esta acción Inglaterra acuño unas medallas conmemorativas.

Francis Drake navegante y corsario, apodado “El Dragón” por su extraordinario valor, quien fuera el primer inglés en darle la vuelta al mundo, atacó también a Portobelo, sitio donde murió “presa de las fiebres” y  la disentería el 7 de febrero  de 1596, por su parte Jorge Conte Porras en su Calendario de la Nacionalidad,  indica que Drake falleció a las cuatro de la mañana del 28 de enero de 1596. Los restos  del corsario   fueron sumergidos por sus hombres  en las aguas de las costas de la ciudad fortificada en un sarcófago de plomo. En los últimos años se han realizado varios intentos infructuosos por localizar el féretro con los restos  de Drake.

Otros piratas que hicieron a Panamá blanco de sus fechorías fueron:

Bartolomé Sharps
Basilio Ring Rose
Guillermo Dmpier
John Oxenham
Revenau de Lussan
William Parker

Las fechorías, más que hazañas de  los malhechores del mar, han motivado a escritores  y poetas. El tema inspiró las novelas de Emilio Salgari, relacionadas con Henry John Morgan y  los versos del poeta español, José de Espronceda, de la Canción del Pirata,  que dice:

Es mi barco mi tesoro
es mi dios la libertad
mi ley la fuerza del viento
mi única patria la mar

Posiblemente el más salvaje de los piratas fue Francois Nau, conocido como “El Olonés”, sobre quien la versión de Antonio Villegas, relata que el personaje disfrutaba decapitando a sus cautivos, bebiéndose la sangre que de las arterias seccionadas de estos  corría y abriendo en canal a sus cadáveres para luego comerse sus vísceras. Las fechorías de este carnicero culminaron cuando, huyendo de la persecución de una nave española, arribó a una isla poblada de caníbales que terminaron comiéndose a este azote de los mares. Sobre este mismo asesino denominado por la educadora panameña: Noris Correa de Sanjur, en su obra Historia de Panamá, Francisco L´olonnois cuenta que “fue el pirata de más atroces instintos, asesinaba a sus amigos como un medio de amedrentar a sus enemigos, los indios de Darién lo hicieron prisionero, lo descuartizaron y lo quemaron en una hoguera.”

Las Ferias de Portobelo se realizaron desde 1606 hasta 1738. Esta extraordinaria actividad comercial  duraba de 2 a 4 meses cada año y las transacciones comerciales, que se producían en el marco de estas ferias, generaban hasta veinte millones de pesos, cifra extraordinaria para la época. El clérigo dominicano inglés del siglo XVII, en su obra Los Viajes de Tomas Gage en la Nueva España, hace una relación de la vida en la región en la época y da detalles sobre las ferias, indicando que Portobelo era unas de las ciudades más ricas de toda la América.

lunes, 30 de julio de 2012

PANAMÁ TIENE 9 PROVINCIAS

Logo de la cadena de supermercados Gago
Por: Luis Flórez Karica.

Como olvidar aquella mañana...  Las manos me sudaban al tiempo que el bus colegial del señor Echevers estacionaba en la parte trasera de la Escuela Doctor Belisario Porras, en San Francisco, Panamá.  Corría el calendario escolar del año 1983 y cursaba el segundo grado.

Como cualquier niño desaplicado, estaba asustado por el resultado del ejercicio que me esperaba en el aula.  Sin duda el no haber estudiado la noche anterior iba a tener sus consecuencias.  Esa mañana, teníamos una importante prueba de geografía.  

Poco a poco fuimos bajando del bus con rumbo al salón de clases Fabiola De León, Carolina Rodriguez, Liza Marie Stanziola, quien les escribe, y otros que con el pasar del tiempo se me borraron de la mente sus nombres.  Una vez dentro del aula, la maestra Zuleika de Olivardía comienza a distribuir el examen.  Al ver la primera pregunta, supe que iba a fracasar:  MENCIONE LAS 9 PROVINCIAS DE PANAMÁ Y SU COMARCA INDÍGENA.

Mientras la maestra caminaba entre las bancas, un compañero de apellido Bozo, se da cuenta que mi rostro solo reflejaba espanto.  Reí cuando sus labios susurraron algo que cambió por completo mi deplorable situación académica: ¡Tu si eres bruto! ¿No te acuerdas de la propaganda de Gago?

Mis carcajadas se escucharon en el gimnasio, en el kiosko, y en la misma dirección del plantel, lo que provocó un severo llamado de atención por parte de la maestra Zuleika.  Sin embargo, el lápiz por fin comenzó a deslizarse suavemente por el papel, y tras su paso...  Bocas del Toro, Coclé, Colón, Chiriquí, Darién, Herrera, Los Santos, Panamá, Veraguas y la Comarca de San Blas.  Mi risa se debió a que había olvidado que cuatro años atrás, y a través de un comercial de televisión, me había aprendido esa clase de memoria.

Y es que en el año de 1979, la mas importante cadena de supermercados de Panamá, propiedad de los Hermanos Gago, decidieron grabar un comercial para conmemorar el año internacional del niño.  En este aparecía un niño que dentro de un aula de clases y haciendo de maestro, enseñaba el nombre de las provincias panameñas a los alumnos.  La propaganda iniciaba con una hermosa niña vestida de pollera, el traje típico nacional, que por muchos años fue motivo de inspiración para los niños que soñaban con un beso de la bella muchachita (Yo fui uno de estos).

El comercial cautivó a la generación de entonces, logrando que niños con un coeficiente intelectual bajo como el mio, pudieran aprenderse de memoria todas las provincias de Panamá; y lo que me parece increíble es que en el año de 1979, yo contaba con tan solo 3 años, y todo lo recuerdo perfectamente, lo que nos muestra el gran impacto que tuvo esta propaganda en los niños de la época.

Cuando encontré el vídeo del comercial en youtube, me dio pesar que a nadie se le ocurriera en aquel tiempo hacer comerciales de las tablas de multiplicar (reconozco que solo me aprendí la del 1 y la del 2), pero fue lindo recordar esta experiencia vivida que les he contado, así como también a mis compañeros que aquel día del ejercicio, fracasaron por no tener un televisor en sus casas.

Desde los mares panameños, tras el timonel de nuestra Fragata, presentamos a toda la humanidad uno de los mas grandes aportes culturales que haya realizado una empresa privada a la sociedad en la historia republicana de Panamá, y que debe servir como modelo para los nuevos profesionales del marketing y la publicidad.

Al diablo con los derechos de autor....  Que toda mi generación vuelva a cantar esto...

PANAMÁ TIENE 9 PROVINCIAS



 
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