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viernes, 13 de febrero de 2015

Asignatura: “Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos de América”.



Por: Bolívar Perigault Sánchez.


Recientemente, la Comisión de Educación, Cultura y Deportes, de la Asamblea Nacional aprobó en Primer Debate el Proyecto de Ley que restablece la asignatura de “Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos de América” a nivel de Educación Media  y recomienda a las Universidades y Centros de Enseñanza Superior incluirla en todas sus carreras.
Este avance, esperamos y confiamos, será el inicio de la restauración del entuerto educativo de la pasada administración, en un fugaz intento por eliminar dicha Asignatura y, por consiguiente, tratar así de aniquilar nuestra memoria histórica.
Sin embargo, gracias al trabajo de los docentes en dicho curso, tanto en la educación media como a nivel universitario, durante varias décadas, se logró fortalecer el sentido de pertenencia de miles de discentes y se afianzaron los contenidos de los sucesos históricos que entornan dichas relaciones con un enfoque multidisciplinario en defensa de la construcción de nuestro Estado Nacional. 
Entre los fines de la educación se contemplan:
“Contribuir al desarrollo integral del individuo con énfasis en la capacidad crítica, reflexiva y creadora, para tomar decisiones con una clara concepción filosófica y científica del mundo y de la sociedad, con elevado sentido de solidaridad humana”
La asignatura “Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos de América”, contribuye decisivamente a la formación integral del discente, orientándolo de manera positiva hacia el logro de una capacidad de análisis crítico y reflexivo frente a cada uno de los temas abordados ya que los mismos se nutren de diferentes ejes transversales provenientes de diversas disciplinas, de manera tal que los sucesos históricos son vistos bajo otra perspectiva y, a su vez, son desarrollados con miras a la formación de un ciudadano con conciencia de patria, sentido de pertenencia, capaz de analizar, interpretar, reflexionar y defender su identidad nacional.
“Coadyuvar en el fortalecimiento de la conciencia nacional, la soberanía, el conocimiento y valorización de la historia patria; el fortalecimiento, la independencia nacional y la autodeterminación de los pueblos”.
La asignatura “Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos de América”, contribuye al fortalecimiento de nuestra memoria histórica, a través del conocimiento y análisis de la lucha generacional panameña por el rescate de nuestra soberanía y el afianzamiento de nuestra identidad nacional. Desde este aspecto, tales contenidos históricos contribuyen positivamente al perfeccionamiento de nuestro Estado Nacional.
“Favorecer el desarrollo de actitudes en     defensa de las normas de justicia e igualdad de los individuos, mediante el conocimiento y respeto de los derechos humanos”.
La asignatura “Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos de América”, contribuye, además, al desarrollo de actitudes y valores tendientes a la búsqueda de la justicia  social y del respeto tanto de los Derechos Humanos como de las normas del Derecho Internacional Público y del Derecho Internacional Humanitario. Esto se logra mediante el enfoque por competencias  fundamentado en una visión constructivista, que reconoce  al aprendizaje como un proceso que se construye en forma individual, en donde los nuevos conocimientos van tomando sentido al estructurarse con los previos y en su interacción social; de esta manera, y para el logro de este fin, el curso  conecta los diferentes sucesos históricos con las diversas disciplinas, sobre todo políticas, jurídicas y sociológicas con lo cual, dicha asignatura recobra su carácter autónomo en aras de afianzar ese conocimiento .
Es por ello que este curso se desarrolla bajo un enfoque por competencias que conlleva a un planteamiento pertinente de los procesos de enseñanza y aprendizaje, actividad que compete al docente, quien promoverá la creación de ambientes de aprendizaje y situaciones educativas apropiadas a dicho enfoque.

“Fomentar el desarrollo, conocimiento, habilidades, actitudes y hábitos para la investigación y la innovación científica y tecnológica, como base para el progreso de la sociedad y el mejoramiento de la calidad de vida”.
La asignatura “Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos de América” contribuye para fortalecer el perfil discente fomentando su desarrollo integral en valores y mejorando su capacidad de saber actuar en una situación; mediante el uso coherente de recursos (saber, saber hacer y saber ser) para resolver una situación problema en un contexto dado utilizando recursos propios y del entorno, dentro de las diferentes dimensiones, sean cognitivas, procedimentales, afectivas, interpersonales y valorativas. 
La necesidad de que el contenido de esta asignatura fuese conocido por los panameños, principalmente por los jóvenes estudiantes, desde sus inicios en la década del 70, estaba íntimamente ligada con los esfuerzos que nuestro pueblo venía llevando a cabo por el reconocimiento de la soberanía de Panamá en la antigua “Zona del Canal”, por la importancia geográfica de nuestro istmo y para que se conociera el control desmedido que los Estados Unidos de América  mantenía sobre esta franja de tierra.
            Ciertamente, nuestro pueblo sufrió momentos muy difíciles, los cuales,  de no haber sido conocidos y difundidos, posiblemente no hubiésemos recuperado el Canal, a falta de luchas nacionales y, por consiguiente, hoy la historia sería otra.
            Los sucesos que hemos vivido desde que los Estados Unidos de América impusieron su presencia colonial en nuestro país, deben ser del conocimiento de todos los conciudadanos, ya que dicho conocimiento es una herramienta para analizar y reflexionar sobre los procesos sociales, políticos, económicos y/o culturales; la formación de nuestra identidad nacional y sobre el significado que tiene el hecho de haber alcanzado con éxito la compactación de nuestro Estado Nacional, que se encontraba cercenado por el control ejercido por los estadounidenses. Tal conocimiento es el que contribuye para afianzar en cada uno de nosotros el sentido de pertenencia hacia lo nuestro, lo cual es muy importante para un buen desempeño profesional.
            La Aprobación en Primer Debate- por la Comisión de Educación, Cultura y Deportes de la Honorable Asamblea Nacional de Diputados -   del Proyecto de Ley que restablece la asignatura de “Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos de América” a nivel de Educación Media y y recomienda a las Universidades y Centros de Enseñanza superior incluirla en todas sus carreras, se constituye “per-se” en un hito histórico en materia educativa y  representa un avance significativo en la defensa de nuestra identidad nacional y en la consolidación de nuestra soberanía, al desmantelar las bases militares estadounidenses en Panamá, y  al  recuperar el territorio conculcado de diez millas de ancho, otrora ocupado por civiles y militares extranjeros, todo lo cual contribuyó decisivamente  en el perfeccionamiento de la construcción del Estado Nacional panameño, que nos proyecta, desde entonces, a nivel internacional como los dueños legítimos del Canal de Panamá.
            Una vez promulgada la Ley, lo que procede es conformar la Comisión respectiva para elaborar los contenidos curriculares, en los cuales se deben integrar, en propiedad, los diferentes ejes transversales que entornan dichas relaciones a fin de fortalecer el perfil de nuestros discentes.

Los docentes y discentes de la  Escuela de Relaciones Internacionales, garantes permanentes de la lucha generacional por el rescate de nuestra memoria histórica, soberanía  e identidad nacional continuarán vigilantes del cumplimiento de esta tarea.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Un error fatal

Ruta del canal por Nicaragua

Por: José Dídimo Escobar Samaniego.

Cuando en Panamá hace un año y medio se realizó un abordaje al barco Nortecoreano Chong Chon Gang, por la fiscalía de Drogas, Servicio Aero Naval y Fronterizos, en una operación coordinada con los organismos de inteligencia de los Estados Unidos de América, a cuyo mando estaba el presidente de la República Ricardo Martinelli, caso insólito e inexplicable racionalmente, no teníamos en ese momento la precisión del alcance de semejante torpeza y estupidez del irracional acto. 

Explicable sólo, como asumir la ejecución de una tarea de la cual sacar algún grado de “provecho” o favor por servicios de “lealtad” prestados, nos llevaron a los panameños a concurrir en un error fatal, a exponernos a violar por nosotros mismos la neutralidad del Canal, y de paso servirle en nuestro territorio a una potencia que tiene entablado un conflicto con Corea del Norte desde hace 64 años.

Confesó el exministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino, que la misión se hizo después de recibir información de inteligencia, de Estados Unidos, sobre el tránsito “sospechoso” del barco norcoreano, lo cual llevó a las autoridades panameñas a realizar el abordaje el 10 de julio a ocho millas al norte del rompeolas de Colón y durante tres días de inspección y acoso  a la tripulación y al capitán del barco, hecho insólito y sin fundamento legal por parte de Panamá, que expuso al peligro; el servicio neutral del Canal. 

En esa “Operación” en donde asaltamos ese barco, con nuestro “Presidente” al Frente, se utilizó burdamente un pretexto de que en el barco se había fletado desde Cuba, un Gran Cargamento de Droga, que nunca se encontró, a lo que Pyongyang, exigió la liberación "sin demora" del buque y sus 35 tripulantes, defendió la legalidad del envío de un avión de guerra viejo para su reparación aludiendo a un "contrato legítimo" con Cuba. 

El buque norcoreano "Chong Chon Gang" permaneció bajo investigación desde julio de 2013 y su tripulación presa. Las 10.000 toneladas de azúcar, dicen que las guardaron en algún silo del IMA, y ahora no se sabe de ellas, pero todo estos detalles que conforman una perfecta chambonada y autofagia, fueron determinantes para la decisión China de Construir un Canal por Nicaragua, que acaba de iniciarse su obra de construcción y que se establece como una competencia que atenta contra la competitividad de nuestro Canal muy a pesar de la ampliación que aún no acabamos.

Es entendible, que si no podemos actuar con un servicio neutral y utilizamos el paso del Canal como una garita de seguridad de los intereses de seguridad de los Estados Unidos en detrimento de nuestros Propios Intereses de Seguridad Nacional,  tendríamos que asumir el costo de entrometernos en conflictos que no nos pertenecen, pero a los cuales hemos entrado por causa del servilismo y el arrastramiento, buscando acaso un respaldo político en medio de acciones sostenidas de latrocinio público y el desmantelamiento de las instituciones democráticas del país. Algo así como: “un favor para encubrir el desman”.El Gran Canal Chino por Nicaragua, ha dejado de ser una mera especulación, para convertirse en una amenaza a la principal empresa de los panameños, por causa de nuestro comportamiento de traición a nuestros mas caros intereses, por un gobierno que con tal de ganarse el favor de los Norteamericanos, no ahorró ni dignidad, ni cautela y nos introdujo en el carril de la desconfianza del resto de los usuarios del Canal. 

No albergo la más mínima duda, que construido el Canal por Nicaragua, los buques norteamericanos, abandonarán la travesía nuestra, dado que el tránsito de Este a Oeste y Viceversa de los Estados Unidos se ahorrarían por lo menos tres días de navegación y sus consecuentes costos y su lealtad, como es sabido, es esencialmente con su caja registradora. 

Así las cosas, queda claro que lo que el Pueblo panameño logró con mucho empeño, a cuya cabeza estuvo el General Torrijos, hoy la oligarquía rastrera y entreguista lo ha tirado por la borda por medio de la estupidez del Régimen corrupto reciente, que nos ha agraviado grave y profundamente. 

Nos queda restaurar en lo posible la confianza perdida, restaurar el concepto de neutralidad en el servicio público internacional que brindamos y eventualmente acometer las obras necesarias y la eficiencia que nos haga competitivos, y dentro de esa línea convertir el Canal de Panamá en una empresa en donde; el país entero, debidamente representado y no solo los rabiblancos, sean los que tomen las graves decisiones. 

Sea esta, la oportunidad propicia además, para desearles que el Jesús del Pesebre, El Cristo de La Gloria, renazca en cada corazón nuestro y que llenos de Él, deseemos profundamente lo que más le grada a Él; ¡Justicia! 

sábado, 20 de diciembre de 2014

Sobre el 20 de diciembre de 1989

Lápida del Teniente Octavio Rodríguez Garrido
Por: Yiniva Cárdenas.

El 20 de diciembre de 1989 yo era una niña. Hace tiempo había sentido la tensión en el ambiente, el no poder opinar en alto, el miedo a ser escuchado...hasta que un día estalló. Mamá desesperada nos llevó a un mini súper y echó a la canasta todo lo que veía. Al no entender la situación empecé a bromear. Dije algo inapropiado y mamá giró y dijo muy seria: "La vez pasada me preguntaste qué era la guerra...pues ahora estamos en guerra". No recuerdo nada más. Mi mente bloqueó esa Navidad, ese cumpleaños, ese Año Nuevo. No recuerdo nada hasta que todo acabó y buscábamos a mi tío (que era policía) porque estaba desaparecido. No recuerdo nada hasta que los gringos llegaron a Las Tablas camuflados (mínimo estaban en la selva) y fueron recibidos como héroes. Conservo una foto con ellos...mi cara lo dice todo. 

Cuando viajé nuevamente a la Ciudad de Panamá me llevé 2 sustos: 1-Los pasajeros del bus donde viajábamos señalaron ver a lo lejos en la llanura a varios soldados en posición de ataque (yo jamás los vi) y 2- La imagen del Chorrillo devastando dando la bienvenida a la capital. Les digo...EN MI VIDA he visto algo tan impresionante, los edificios estaban cortados a ras como si lo hubiesen hecho con machete.

Después de la pesadilla, Endara, a pesar de todas las criticas, hizo lo mejor que pudo. Gobernó y reconstruyó un país que yacía en cenizas. Jamás nos detuvimos para juzgar a los corruptos o mejor dicho verdugos, nos dedicamos a echar palante', recoger los pedazos y empezar de 0 un país que según proyectaban tardaría 20 años en recuperarse (miren lo que somos ahora). Es más, a los verdugos y corruptos los veíamos después en los malls, las calles y hasta en puestos importantes del gobierno...como si nada hubiera pasado! 

Hasta el día de hoy 25 años después, si aquella niña que fui me preguntara, no sabría contestarle las siguientes preguntas:

- Existe la Tepesa?

- Hay vida después de la muerte o en otros planetas?

- Por qué tuvieron que morir tantos inocentes ese 20 de diciembre?

- Qué impide que declaren la fecha duelo nacional?

- Por qué el panameño perdonó tan fácilmente a aquellos que nos ocasionaron tanto daño?


Por qué? Por qué? Por qué?

Yo pertenezco a aquella generación de niños de la invasión...una niñez que vivió el miedo, la represión, la injusticia y que en pequeña o gran medida fue afectada por uno de los acontecimientos más trascendentales de nuestra historia, una generación que jamás recibió una explicación y que se niega a actuar como si nada hubiera pasado...una generación que no es víctima, sino testigo. Esa generación ha decidido ‪#‎NuncaJamas‬callar, #NuncaJamas censurar su opinión, #NuncaJamas apagar su voz. #NuncaJamas ‪#‎ProhibidoOlvidar‬

Mi homenaje a los patriotas que lavaron nuestro Honor

Por: José Dídimo Escobar.

Se sembró el terror con miles de bombas de alto poder explosivo que reventaron la tranquilidad de una noche víspera de la Navidad. Se disparó cientos de misiles guiados por rayos láser, balas trazadoras y explosivas por toneladas, un laboratorio de crueldad y muerte.

Experimentaron un nuevo complejo de armas y técnicas militares que se cebaron con gente humilde, inocente y desprevenida. Aviones de guerra de última generación, helicópteros jamás vistos, hicieron su prueba de fuego, y ciertamente mataron  y destruyeron hasta saciarse. 

Se Usó  una desproporción de fuerza, que jamás se había utilizado. No sólo se prendió al Chorrillo, también en Río Hato, Colón, Tinajita, Cimarrón, el Aeropuerto Omar Torrijos. No hubo diferencias entre sitios militares y civiles, porque la ciudad de Panamá fue teatro de un crimen atroz que no conoce parangón histórico. 
El Primer caído resultó ser un grande amigo y hermano de luchas patrióticas y Nacionalistas. Lo acribillaron a la entrada del Chorrillo y lo remataron ya muerto, pasándole un tanque de guerra por encima. Sus vísceras destrozadas, fueron como las de la patria entera. 

Gustavo Torreglosa, con quien compartí muchas jornadas de amor patrio, era un extraordinario ser humano. Desprendido, Presidente del Movimiento de la Juventud Panameña (MJP), cuando a mi me tocó ser el Secretario General de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP). Los dos fuimos escogidos en el verano de1989 como presidentes honorarios de la Juventud del PRD.

A Todos los que el sentido de patria, que en ese día fue incriminado y tuvieron que pagar el precio con sus vidas, a esos miles de compatriotas mártires, a los que en 25 años no se les ha hecho justicia, ni el reconocimiento por haber hecho lo que el deber mandataba, a esos que cerraron sus ojos naturales para siempre; forzados por la violencia de la masacre. A esos que siendo militares, resistieron con honor la agresión que nunca tendrá justificación, a ellos todos; este homenaje, porque con su sangre abonaron la vergüenza nacional, y se dejó constancia para la historia, que en esta tierra, no todos son cobardes y  traidores y siempre habrá, por esa semilla sembrada, frutos de dignidad, honor y Decoro. 

Cada año que pasa desde aquel aciago día, sin que examinemos como sociedad, con la mayor responsabilidad y objetividad, todos los hechos que traspasaron nuestras entrañas, no podremos retomar el camino de la Paz y el sosiego, que sólo será posible cuando asumamos el camino de la Justicia. 

En este día del Dolor Nacional, pido a Dios Nuestro Señor Jesucristo, quien padeció y murió en la Cruz por nuestros pecados, y luego resucitó con Gloria, que podamos como lo hizo El, con un Amor Verdadero, Declarar que perdonamos a todos los que mataron y asesinaron y que El extienda hacia todos nosotros sus manos de misericordia y nos guíe para levantarnos desde el angustiado estado en que se retuerce nuestra sociedad. 

martes, 16 de diciembre de 2014

Panamá: La invasión norteamericana de 1989


Por: Mauro Zúñiga Araúz.
Rebelión, 16 de diciembre 2014.
Este año se cumplen 25 años de la cruenta e infame invasión del los EEUU a nuestro país,  que dejó un saldo de más de 3,000 panameños muertos e incontables heridos y discapacitados,  además de la destrucción de gran parte de la economía nacional. A un cuarto de siglo de ese funesto suceso, es obligatorio hacer un análisis lo más próximo posible a la objetividad. No podemos interpretar lo que sucede en Panamá  sin aceptar que somos un protectorado norteamericano. La historia está llena de evidencias. Cada funcionariado de alto rango que nombra el gobierno tiene que tener el visto bueno de la embajada de los EEUU.
Manual Antonio Noriega fue reclutado por la CIA cuando estudiaba en la academia militar El Chorrillo en Perú. A partir de entonces fue un obediente discípulo. Todas sus actividades llictas se llevaron a cabo por órdenes de esa institución; pero como es su norma, los EEUU los utilizan y los desechan cuando las situaciones se complican y, como lo he señalado antes, para ellos después que se mantenga abierto el Canal y su Centro Financiero, lo demás carece de valor.
La primera clarinada pública que se dio en Panamá de repudio al régimen dictatorial de Noriega  fue en noviembre y diciembre de 1984 cuando surgió la Coordinadora Civilista Nacional, Co.Ci.Na, que movilizó a más de 150,000 personas. Este movimiento estuvo dirigido por los sectores medios. A partir de allí los EEUU empezaron a buscar el remplazo al régimen militar y, cuando lo estructuraron, invadieron al país con la bandera de Causa Justa. ¿Era necesaria la invasión para capturar a Noriega?  Marc Cisneros, quien dirigía el Comando Sur de los EEUU,  decía que cuando recibiera la orden de captura y se estaba tomando una cerveza, lo retenía y al regresar, la cerveza aún estaba fría.  Con toda la tecnología de espionaje con que disponen los gringos, en  ningún momento le perdieron la pista al General panameño.  Entonces, ¿por qué invadieron? ¿Para proteger el Canal? Falso: en ningún momento estuvo en peligro. ¿Para destruir a las Fuerzas de Defensa? Falso: ellos las han mantenido desde su fundación y bastaba con quitarle el apoyo para que desparecieran.  ¿Para ensayar armas de destrucción masiva? Sí, eso se comprobó. Los resultados de la invasión: hacer   a su  protectorado aún más dependiente y crear en sectores de la población la idea de que nos quitaron a un dictador.
Mataron a más panameños en pocos días que a los ejecutados durante todo el régimen militar.
Lamentablemente, el lavado de cerebro permanente del que es víctima nuestra población hace que abracemos al enemigo y agredamos al amigo.

martes, 7 de octubre de 2014

Acerca del Curso: “Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos de América”.



Por: Bolivar Perigault Sánchez.

La asignatura “Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos” se creó por medio de la Ley No.31 del 29 de enero de 1963, la cual fue sancionada por el Excelentísimo Señor Presidente de la República Don Roberto Francisco Chiari. Esta Ley se gestionó gracias a la mediación  e iniciativa de los docentes y estudiantes de la Escuela de Diplomacia ( hoy Escuela de Relaciones Internacionales ) de la Facultad de Administración Pública y Comercio y la misma, fue respaldada por amplios sectores de la sociedad organizada y diferentes gremios estudiantiles, entre los cuales se encontraban los universitarios.
La Ley 31 de 29 de enero de 1963, vino a llenar un vació curricular en un período histórico de luchas nacionalistas y de confrontaciones ideológicas a lo interno de nuestro país, frente a las justas aspiraciones panameñas por recuperar nuestra soberanía en la otrora “Zona del Canal”, ocupada por los norteamericanos, la cual, con el correr de los años, a partir de 1903, se convirtió en un “enclave colonial” enclavado en el corazón del territorio nacional.
No se trata de cualquier cátedra de historia, ni tampoco ésta se puede abstraer de la misma. Lo cierto es que la intención del legislador en aquel entonces era la de fortalecer nuestro sentido de pertenencia y de patria, mediante los contenidos académicos que entornan dichas relaciones.
A raíz de los trágicos sucesos del 9 de enero de 1964, el presidente Roberto F. Chiari, en un gesto inédito, rompe relaciones diplomáticas con los Estados Unidos y a partir de allí, toma fuerza la idea de fortalecer los contenidos nacionalistas en dicha cátedra, en fe de lo cual la Escuela de Diplomacia introduce en su eje curricular el Curso de “Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos”, como materia fundamental de la carrera. Dicho curso  tenía como objetivo, fortalecer el perfil de los egresados mediante diferentes actividades académicas y nacionalistas, las cuales contaban con la participación de las mentes más preclaras de la época. Fue así, como en nuestra escuela desfilaron altos personajes de la diplomacia, la historia, la cultura, las artes y el derecho.
La cátedra de Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos, tomó fuerza debido a su papel de concienciar las mentes y los corazones de sus estudiantes. Luego, en la década de 1970, específicamente en 1973, por iniciativa de la Escuela de Relaciones Internacionales, a través de su Dirección Colegiada, y con el apoyo de la Escuela de Geografía e Historia de la Facultad de Filosofía, Letras y Educación, y por gestión del Ministerio de Educación, dirigido entonces por el Doctor Aristides Royo Sánchez,  se realizó el Primer Seminario de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos, - con el respaldo del Doctor Rómulo Escobar Bethancourt, Rector de la Universidad de Panamá,- el cual fue todo un éxito, ya que contó con los mejores especialistas en la materia, quienes le dieron un enfoque multidisciplinario, toda vez que dichas relaciones, no podían contemplarse desde un punto netamente histórico debido a la multiplicidad de factores que la entornan desde su nacimiento. Así, los participantes de este Primer Seminario pudimos disfrutar de diferentes temas con enfoques: históricos, geográficos, económicos, ecológicos, políticos, sociales, sociológicos, antropológicos, de género, de Derecho Internacional y de Tratados Internacionales, entre otros,  los cuales abrieron un abanico de posibilidades al estudioso de esta materia. Un Segundo Seminario se realizó con igual éxito al año siguiente.
Desde entonces, la Cátedra de Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos se implementó en los colegios secundarios de manera obligatoria e igualmente, en la Universidad de Panamá en las diferentes carreras de pre grado.
Gracias al trabajo de los docentes en dicho curso, tanto en la educación media como a nivel universitario, se logró fortalecer el sentido de pertenencia  y se afianzaron los contenidos de los sucesos históricos que entornan dichas relaciones con un enfoque interdisciplinario en defensa de la construcción del Estado nacional. 
Esta temática, vuelve a ser noticia hace un par de años, cuando la Diputada Dalia Bernal promueve un  Proyecto de Ley,   con muy buenas intenciones en cuanto al contenido histórico, pero distorsionado  en su enfoque académico.
Este proyecto para eliminar del currículo el nombre de la asignatura Relaciones entre Panamá y los  Estados Unidos, contó con el aval e impulso del el Ministerio de Educación, y desde su inicio generó las críticas tanto de políticos como de educadores y de la ciudadanía en general.
Sucede, que a vista somera del mismo, se puede apreciar que de lo que se trataba era de aniquilar el estudio de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos, al insertarla dentro de un esquema curricular elaborado por el Ministerio de Educación, que la ubicaba dentro de los estudios históricos de la Época Republicana y Departamental.
En su momento, el diputado perredista Rubén De León, entre otros,  cuestionó tal propuesta, argumentando que pareciera que el objetivo es hacer que las futuras generaciones olviden la importancia de la lucha generacional que hubo por la recuperación de nuestra soberanía; en tanto que la Viceministra de Educación, Mirna de Crespo, manifestó que se establecerían dos áreas de la historia de Panamá, a saber: historia prehispánica e hispánica de Panamá y la historia departamental y republicana de Panamá, por lo que únicamente se iba a eliminar la denominación; mientras que los contenidos se incluirían en la parte de la Historia Departamental y la Historia Republicana de Panamá”.
El asunto no es tan sencillo como eliminar dicha denominación. De lo que se trata es de aniquilar la Cátedra para luego, con contenidos históricos dispersos intentar explicar, de manera histórica, las relaciones entre Panamá y los Estados Unidos.
Entre los fines de la educación se contemplan:
“Contribuir al desarrollo integral del individuo con énfasis en la capacidad crítica, reflexiva y creadora, para tomar decisiones con una clara concepción filosófica y científica del mundo y de la sociedad, con elevado sentido de solidaridad humana”
El Curso de Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos contribuye decisivamente a la formación integral del discente, orientándolo de manera positiva hacia el logro de una capacidad de análisis crítico y reflexivo frente a cada uno de los temas abordados ya que los mismos se nutren de diferentes ejes transversales provenientes de diversas disciplinas, de manera tal que los sucesos históricos son vistos bajo otra perspectiva y, a su vez, son desarrollados con miras a la formación de un ciudadano con conciencia de patria, sentido de pertenencia, capaz de analizar, interpretar, reflexionar y defender sus identidad nacional.
“Coadyuvar en el fortalecimiento de la conciencia nacional, la soberanía, el conocimiento y valorización de la historia patria; el fortalecimiento, la independencia nacional y la autodeterminación de los pueblos”.
El Curso de Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos contribuye al fortalecimiento de nuestra memoria histórica, a través del conocimiento y análisis de la lucha generacional panameña por el rescate de nuestra soberanía y el afianzamiento de nuestra identidad nacional. Desde este aspecto, tales contenidos históricos deben contribuir al perfeccionamiento de nuestro Estado Nacional.
“Favorecer el desarrollo de actitudes en     defensa de las normas de justicia e igualdad de los individuos, mediante el conocimiento y respeto de los derechos humanos”.
El Curso de Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos contribuye al desarrollo de actitudes y valores tendientes a la búsqueda de la justicia  social y del respeto tanto de los Derechos Humanos como de las normas del Derecho Internacional Público y del Derecho Internacional Humanitario. Esto se logra mediante el enfoque por competencias que fundamentado en una visión constructivista, que reconozca  al aprendizaje como un proceso que se construye en forma individual, en donde los nuevos conocimientos van tomando sentido al estructurarse con los previos y en su interacción social; de esta manera, y para el logro de este fin, el curso  conecta los diferentes sucesos históricos con las diversas disciplinas, sobre todo políticas, jurídicas y sociológicas.
Es por ello que este curso se desarrolla bajo un enfoque por competencias que conlleva a un planteamiento pertinente de los procesos de enseñanza y aprendizaje, actividad que compete al docente, quien promoverá la creación de ambientes de aprendizaje y situaciones educativas apropiadas a dicho enfoque.

“Fomentar el desarrollo, conocimiento, habilidades, actitudes y hábitos para la investigación y la innovación científica y tecnológica, como base para el progreso de la sociedad y el mejoramiento de la calidad de vida”.
El Curso de Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos contribuye para fortalecer el perfil discente fomentando su desarrollo integral en valores y mejorando su capacidad de saber actuar en una situación; mediante el uso coherente de recursos (saber, saber hacer y saber ser) para resolver una situación problema en un contexto dado utilizando recursos propios y del entorno, dentro de las diferentes dimensiones, sean cognitivas, procedimentales, afectivas, interpersonales y valorativas. 

La necesidad de que el contenido de esta asignatura fuese conocido por los panameños, principalmente por los jóvenes estudiantes, estaba íntimamente ligada con los esfuerzos que nuestro pueblo venía llevando a cabo por el reconocimiento de la soberanía de Panamá en la antigua “Zona del Canal”, por la importancia geográfica de nuestro istmo y para que se conociera el control desmedido que los Estados Unidos de América  mantenía sobre esta franja de tierra.
         Ciertamente, nuestro pueblo sufrió momentos muy difíciles, los cuales,  de no haber sido conocidos por los panameños, posiblemente no hubiésemos recuperado el Canal, a falta de luchas nacionales y, por consiguiente, hoy la historia sería otra.
         Los sucesos que hemos vivido desde que los Estados Unidos de América legalizaron su presencia en nuestro país, deben ser del conocimiento de todos los conciudadanos, ya que dicho conocimiento es una herramienta para analizar y reflexionar sobre los procesos sociales, políticos, económicos, culturales; la formación de nuestra identidad nacional y sobre el significado que tiene el hecho de haber alcanzado con éxito la compactación de nuestro Estado Nacional, que se encontraba cercenado por el control ejercido por los norteamericanos. Tal conocimiento es el que contribuye para afianzar en cada uno de nosotros el sentido de pertenencia hacia lo nuestro, lo cual es muy importante para un buen desempeño profesional.
         El Proyecto de Ley para restablecer la asignatura de “Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos”  a nivel de Educación Media, debe ser respaldado por todos a efecto de que se concrete en Ley de la República y en la misma, se debe considerar, como en efecto, y así se hizo desde sus inicios, que los egresados de la Escuela de Relaciones Internacionales también sean considerados para dictarla, debido a su formación multidisciplinaria, lo que les habilita para ello. En igual medida, seguiremos luchando para que dicha Cátedra se restablezca a nivel de Educación Superior en las diferentes universidades tanto públicas como privadas.


lunes, 11 de agosto de 2014

Azafata panameña jubilada en Estados Unidos Comenta sobre prohibición de afros y trenzas en COPA Airlines.

Norma Lewis
"Soy orgullosamente afropanameña y recién jubilada de azafata con una de las megas compañías de los Estados Unidos. Luciendo el afro o trenzas no tiene absolutamente nada que ver con higiene", continuó acotando la exazafata quien, además, es enfermera.

Norma Lewis, una panameña que laboró como azafata en una de las aerolíneas más grandes de Estados Unidos, hoy día de vuelta a su terruño, ha señalado: "Tengo colegas con varias compañías hoy día luciendo su afro o trenzas y bellas".

Su comentario, colocado en las redes sociales, ha venido a cuento por la prohibición de la línea aérea de bandera nacional, COPA Airlines, a sus azafatas afropanameñas de portar su cabello natural (afros) y peinarse con trenzas, durante sus labores a bordo de las aeronaves.

"Soy orgullosamente afropanameña y recién jubilada de azafata con una de las megas compañías de los Estados Unidos. Luciendo el afro o trenzas no tiene absolutamente nada que ver con higiene", continuó acotando la exazafata quien, además, es enfermera.

En efecto, mientras que en COPA se les ha impuesto a las sobrecargo afropanameñas tener que emplear químicos o plancharse el cabello para lucir la "uniformidad" del personal que atiende a bordo, en UNITED, que forma parte del mismo conglomerado Star Alliance, las azafatas afrodescendientes laboran sin esas limitaciones y ejerciendo su derecho, como seres humanos, a portar su identidad sin que ésta sea menoscabada o desvalorizada bajo ningún pretexto.

“Como azafata jubilada puedo gritar a los cuatro vientos que jamás pueden negarle a una azafata el uso de trenzas o afro. Ellas solo deben mantenerse dentro de las normas del Departamento de Imagen es decir cabello hacia atrás y no en la cara”, señala la panameña Norma Lewis, con base en su vasta experiencia profesional.

Cien años del canal y el Instituto Nacional de Panamá

El Canal de Panamá en Construcción

Por: Bolívar Perigault Sánchez.

Estamos de fiesta. Nuestro Canal celebra sus 100 años de existencia. Al volver la mirada retrospectivamente, vemos que quedaron atrás los infortunios, los vejámenes y las injerencias militares extranjeras en nuestro territorio. Es bueno recordar, porque como lo decía el poeta Ricardo Miró, “la Patria es el recuerdo, pedazos de la vida, envueltos en jirones de amor o de dolor…” Son esos recuerdos los que habilitan y fortalecen nuestro sentido de pertenencia y también los que afirman en cada panameño y panameña la identidad nacional.

Sobre los antecedentes, construcción y evolución del Canal de Panamá me he referido en diversas entregas; sin embargo, es bueno recordar que la llegada formal de los Estados Unidos de América a Panamá, en función  al Canal, guarda relación directa con la promulgación de la Ley Spooner, en junio de 1902, la cual autorizaba la compra de las acciones del Canal, por un monto que no excediera los cuarenta millones de dólares. Un año después, Panamá nace a la vida internacional como República, al separarse de Colombia el 3 de noviembre de 1903. Las referencias acerca de los hechos que rodearon este suceso histórico, abundan en la bibliografía de los historiadores, tanto nacionales como extranjeros.

Lo cierto es que el 18 de noviembre del mismo año, Panamá firma con los Estados Unidos de América la Convención del Canal Istmico, mejor conocida como Tratado Bunau Varilla-Hay por medio del cual, le concedían a los norteamericanos concesiones que afectaban el ejercicio de la jurisdicción y la soberanía nacional en todo su territorio y a partir de esa fecha, la República de Panamá inicia la lucha generacional por el rescate de su plena jurisdicción y derechos soberanos.

El Instituto Nacional de Panamá, por su parte, nace a la vida ciudadana, junto con la República, en 1907,  y digo “vida ciudadana”, honrando las palabras de la Doctora Reina Torres de Araúz, cuando expresó con sabiduría, que el Nido de Águilas no gradúa bachilleres sino ciudadanos comprometidos con el bienestar de la patria.   Es por ello que ambas instituciones están indisolublemente ligadas en el tiempo y el espacio. Tanto es así que durante la época republicana, todas las generaciones de aguiluchos enarbolaron la bandera de las justas aspiraciones del pueblo panameño por recuperar nuestro Canal, lo que nos costó lágrimas, dolor y muerte, hasta que el 31 de diciembre de 1999 a medio día, y gracias al Tratado Torrijos-Carter, se hizo realidad ese sueño generacional. Desde ese día, el Canal está administrado por Panamá con los más altos niveles de eficiencia y excelencia,  por lo cual todos debemos sentirnos orgullosos. 

Tanto el Canal como el Instituto Nacional forman parte de nuestra memoria histórica. Sus orígenes, evolución y logros deben siempre estar presentes en las mentes y en los corazones de las presentes y futuras generaciones. Eso sólo puede lograrse mediante la educación. De allí, la creación de la Cátedra de Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos en 1973. 

Como educador comprometido con dicha Cátedra, misma que facilito desde hace 40 años en mi condición de Profesor Titular de la Universidad de Panamá, aprovecho esta magna fecha para denunciar a los enemigos del Canal y de nuestra memoria histórica; mismos que, a pesar del cambio de gobierno, siguen enquistados, cual cáncer mortal, en el Ministerio de Educación en posiciones de autoridad  y quienes, en su momento, fueron declarados “non gratos” por este prestigioso y combativo plantel educativo. ¡Ojo Señora Ministra! Hay que sanear nuestra educación liberándola de quienes siempre han luchado a capa y espada por anular y eliminar dicha cátedra. Muy por el contrario, hay que doblar esfuerzos por fortalecerla a fin de afianzar nuestro sentido de pertenencia, soberanía e identidad nacional.

martes, 5 de agosto de 2014

RACISMO: UNA REALIDAD EN PANAMÁ

Ciudadano panameño realiza fuertes denuncias contra el Banco Universal de Panamá al discriminarlo. "Yo no soy un delincuente por el simple hecho de ser diferente. El Banco Universal me ha tratado como un delincuente".

Camilo en la puerta del Banco
Por: Camilo Barnett - Panamá.

Yo no soy un delincuente por el simple hecho de ser diferente.
El Banco Universal me ha tratado como un delincuente.
Soy Camilo Barnett, panameño,cédula 8-334-346, miembro de la Comunidad Rastafari de Panamá. Laboro en la multinacional Dell como Supervisor en el Departamento de Prevención de Fraude.
El lunes 28 de julio, recibí una llamada a las 11.42 am de una representante del Banco Universal, para informarme que tenían un cheque para mí, por la suma de US$ 78.00. Se trataba de un saldo en una cuenta de Navidad que abrí en el año 2013, aprovechando un plan promocional que dicha institución financiera ofreció a los empleados de la compañía Dell. Al responder a la llamada telefónica, le dije a la representante que pasaría por el banco cuando tuviera el tiempo. Fui el día 30 de julio.
Cuando llegué a la puerta del Banco Universal, el guardia de seguridad me hace la revisión, me pasa el detector, y todo bien. Cuando iba a entrar al banco, un señor que estaba adentro es decir del otro lado de la puerta de vidrio me dijo que esperara. Después de unos minutos, me informó que no podía entrar. Le pregunto por qué, y me dice: “Por el turbante” [que llevaba en la cabeza]. Le dije que esto no era una gorra como indica un letrero en la puerta, que señala algunas prohibiciones.
Seguidamente, le dije [al mismo señor] que por favor me llamara al gerente o a su jefe. Nadie vino a la puerta para atender mi requerimiento. Ante eso, marqué el número de teléfono de la representante del banco que me llamó el lunes 28 de julio y le informé que yo era Camilo Barnett, la persona que ella había llamado pidiendo que pasara por el banco, y que estaba afuera, en frente del banco, en Avenida Perú, y que no me dejaban entrar. La representante me dijo que me esperara, que ella iba a llamar para ver qué pasaba.
La volví a llamar, después de unos minutos, y me informa que dicen que tengo una gorra puesta, y por eso no me permiten la entrada.
Por coincidencia, vi un camión del Canal 13, al otro lado de la calle, crucé y le dije a la persona que estaba parada al Volví a cruzar la calle, dirigiéndome al banco. En eso, mi teléfono comenzó a sonar. Resulta que era la misma muchacha del banco. Su teléfono es 237-6197. Contesté diciéndole que me estaban haciendo pasar una pena grandísima, y que yo había acudido al banco en virtud de la llamada que recibí.
Allí, en ese momento, además del bochorno que ya estaba pasando, ocurrió lo que yo menos esperaba; lo más insólito. La empleada del Banco Universal me preguntó si yo podía darle un número de cuenta de otro banco con el cual yo tenga una cuenta, para transferirme los fondos, ya que no iba a poder entrar. Eso fue el colmo de los insultos. Me sentí menos que un ser humano.
Caminé hacia la puerta del banco para tomarme una foto como evidencia para hacer la denuncia de este caso. Cuando iba tomarme la foto, el señor que estaba parado detrás de la puerta de vidrio comenzó a hacerle señas al guardia de seguridad para que sacara su arma y me intimidara para que no me tomara la foto. El guardia de seguridad le respondió que no podía hacer eso, porque yo no estaba haciendo nada, y que él [el guardia] no fue contratado para eso y, además, el banco no estaba en peligro de atraco.
El Banco Universal es el primer banco en Panamá donde me pasa esto que acabo de relatar. Me siento muy indignado pero a la vez confundido, ya que no soy un delincuente, y todo indica que me están discriminando por mi apariencia; por portar un turbante que cubre mis largas trenzas (dreads). Me discriminan por Negro, aunque seguro que lo negarán, igual que lo negarán todos los que en este país niegan que hay racismo.
Soy un profesional de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), con un número importante de personas bajo mi supervisión. Precisamente, mi labor cotidiana es la prevención del delito. El Banco Universal me ha tratado como un delincuente. Yo no soy un delincuente por el simple hecho de ser diferente.
Cuando el Banco Universal le ofreció la promoción a los empleados de DELL, para que los interesados abriéramos la Cuenta de Navidad, yo tenía mi turbante en la cabeza. Ahora, ellos me niegan la entrada al banco.
A Panamá, para ser un “país del primer mundo”, como algunos quieren pintarlo, le falta mucho en cuanto al respeto de los derechos humanos. La discriminación racial existe en este país, aunque algunos lo nieguen, y a eso hay que ponerle punto. ¡NO AL RACISMO EN PANAMÁ!

lunes, 21 de julio de 2014

ISRAEL VS. HAMAS: ENTRE EL TERRORISMO Y LAS CAUSAS JUSTAS

"Mientras que Hamás pretende la desaparición de los judíos y de su estado nacional y la imposición de una teocracia islamista sobre toda Palestina, Israel pide que Hamás deje de bombardear a su población civil como ha hecho día tras día desde que arrebató el gobierno de la Franja de Gaza por la fuerza a sus hermanos palestinos de Fatah".



Por: Gerardo Sotelo/Montevideo, Uruguay.
“No hay guerras justas. Lo que hay son causas justas”.

La frase se la escuché por primera vez hace más de veinte años a Adolfo Pérez Esquivel, probablemente en unas jornadas sobre derechos humanos que se desarrollaron en una universidad del barrio de Flores, en Buenos Aires.

Por aquellos años, Argentina y Uruguay transitaban sus primeros años de restauración democrática, entre pedidos de justicia ante la barbarie militar.

En estas últimas horas, mientras veía por televisión caer las bombas sobre Gaza y las ciudades israelíes como Sderot, Ashkelon y la misma Tel Aviv, volvió a mi memoria aquella sentencia del premio Nobel de la Paz.

La guerra es siempre una acción criminal pero más que eso, toda resolución violenta de un conflicto encierra el germen de un enfrentamiento futuro. La guerra puede terminar con un bando ganador y otro derrotado, pero nunca arroja justicia sobre las causas que las disparan. Por el contrario, la guerra suele enmascarar y pervertir una causa justa bajo el oprobio de las víctimas que deja a su paso.

Para no acumular más lamentos e hipocresía a un conflicto en el que ambas abundan, pensemos en la guerra que se libra en Gaza sobre la base de las causas que uno y otro dicen defender para establecer un criterio de justicia.

Una forma práctica de acercarnos a ellas es preguntarle a los contendores qué reclaman a cambio de dejar de bombardear al enemigo.

El resultado es muy revelador:

     mientras que Hamás pretende la desaparición de los judíos y de su estado nacional y la imposición de una teocracia islamista sobre toda Palestina,

     Israel pide que Hamás deje de bombardear a su población civil como ha hecho día tras día desde que arrebató el gobierno de la Franja de Gaza por la fuerza a sus hermanos palestinos de Fatah.

Una primera conclusión podría ser que, mientras los gobiernos de Jerusalén y Ramallah buscan una forma honorable de sentarse a resolver su conflicto sobre territorios, soberanía y seguridad, los milicianos de Hamás luchan, según el Art. 6 de su estatuto, por "levantar la bandera de Alá sobre cada pulgada de Palestina".

En caso de que queden dudas sobre la justicia de su causa, alcanza con leer el artículo 9 de su estatuto.

Allí se dice claramente que la organización tiene como objetivo "la lucha contra el mal, derrotarlo y vencerlo para que la justicia pueda prevalecer, las patrias sean recuperadas y desde todas las mezquitas emerja la voz del muazín declarando el establecimiento del Estado del Islam, de modo que la gente y las cosas retornen a los lugares correctos y Alá sea nuestro salvador".

Como se ve, ya no estamos ante un conflicto árabe-israelí sino uno entre una organización de musulmanes que "temen a Alá y alzan la bandera de la Yihad" (la guerra santa contra los infieles) por un lado, y habitantes de Medio Oriente de fe judía, musulmana, cristiana o de ninguna, que luchan por establecer los límites de dos estados nacionales, uno judío y otro palestino.

La justicia de la causa nacional palestina está fuera de discusión. Tanto lo está que ya en 1947 las Naciones Unidas promovía la creación de un estado soberano para los árabes de Palestina, al lado de uno para los judíos, mientras los vecinos árabes esperaban la oportunidad de echarle mano a ese árido pedazo del mundo.

Los líderes árabes de Palestina, alentados por sus hermanos árabes de la región, se opusieron a la partición de Palestina y lanzaron una guerra contra la población judía antes de que esta alcanzara a tener un Estado y un ejército.

El dato no es menor porque marca el inicio de un tiempo de dolor y guerra que los palestinos llaman "nakba" ("catástrofe" en árabe) y que constituyó una gigantesca humillación: los ejércitos de Egipto, Siria, Líbano, Irak y Transjordania (que contaban con apoyo de Yemen y Arabia Saudita, a su vez por las potencias colonialistas como Gran Bretania) fueron derrotados por un conjunto milicianos y colonos mal armados pero determinados a luchar.

El destierro, la derrota, la precariedad de los campamentos de refugiados, la pobreza, la ocupación israelí y la humillación militar (que se reiteraría en las guerras de los Seis Días, en 1967, y de Yom Kipur, en 1973) constituyeron un caldo de cultivo ideal para que aumentara el resentimiento y se alentara la solución violenta a un conflicto que se pudo evitar en 1947.

Sin embargo, cuando se habla de la guerra entre Israel y Hamás, aquel conflicto pasa a un segundo plano.

Sería escandaloso, si no fuera además repugnante, que muchos de los encolerizados defensores de la población de Gaza pretendan confundir la justa lucha del pueblo palestino por su independencia con la ideología fundamentalista y genocida de Hamás.

Declaraciones como las del gobierno uruguayo, condenando lo que califica como una reacción "desproporcionada", no ayudan a la pretendida búsqueda de la paz. Más bien se inscriben, sin proponérselo, en la dinámica de los hechos que propone Hamás.

Primero porque patrocinar la reacción "proporcionada", la que cada día emprende Israel contra quienes bombardean a su población civil desde la Franja de Gaza, es aceptar el statu quo del terror.

Segundo porque evitar la guerra, promover la búsqueda de la paz, proteger a la población civil y limitar las acciones bélicas a blancos militares, son propósitos que se corresponden con los de Estados de Derecho como Israel o Uruguay, pero no con los de una organización extremista como Hamás. Una organización que adoctrina a sus niños en el odio, entrena a sus jóvenes en el martirio, esconde sus pertrechos bajo edificios civiles y bombardea indiscriminadamente a judíos y palestinos israelíes.

Si el gobierno uruguayo y la comunidad internacional quieren lograr la paz inmediata en Gaza, alcanza con que le exijan a Hamás que deje de bombardear las ciudades y kibutzim del vecino Israel.

Sería un intento en vano porque Hamás tiene como propósito el exterminio de Israel y la expulsión o la aniquilación de todo aquel que no se convierta a la versión suní del Islam.

Si no se quiere llegar tan lejos, se puede exigir a los líderes de Hamás que al menos protejan a sus hijos y ancianos, renunciando a la repulsiva táctica de esconder sus milicianos y pertrechos debajo de hospitales, mezquitas y casas de familia. Sin embargo, se prefirió el insólito expediente de pedirle a una nación agredida que ejerza la defensa de sus ciudadanos sin hacer prevalecer su superioridad militar.

Por cierto, ninguna de estas exigencias habría tenido una respuesta positiva.

El negocio de Hamás no es la paz sino la guerra.

La paz definitiva, la que permite reconstruir la vida de dos pueblos desde la aceptación, la dignidad nacional, la libertad política y religiosa y la prosperidad compartida, sigue esperando un liderazgo más valiente y menos ubicuo, capaz de ayudar a que se consoliden las causas justas.


La de Hamás, claramente, no lo es.

viernes, 21 de febrero de 2014

RUBEN BLADES LE RESPONDE AL PRESIDENTE NICOLÁS MADURO



RESPUESTA AL PRESIDENTE DE VENEZUELA

Señor Presidente Maduro,
He tenido la oportunidad de ver un vídeo en el que se dirige a mi persona, en ocasión de una nota que he publicado en mi página de internet. No acostumbro responder comentarios, pero me siento obligado a referirme a sus palabras por el hecho concreto de que en el vídeo mencionado, usted me nombra directamente. Espero que el dicho vídeo no resulte una falsificación como las que hoy abundan en internet, y si lo fuera, confieso que es de muy buena calidad.
Con el respeto que merece su condición de Presidente, y como tal, representante de una Nación, debo iniciar esta nota agradeciendo el tono general de su comentario a mi escrito. Me complace entender en su gesto amable, que comprendió la buena intención de mis pensamientos, hechos con el corazón puesto en el pueblo venezolano.
Sin ánimo de entablar duelos epistolares, comento solamente con la intención de aclarar algunos de los temas por usted expuestos en el día de ayer, que me atañen de manera personal.
1. Los comentarios expresados por mí, en relación con la difícil situación que hoy vive Venezuela, no son derivados de las noticias de CNN, o de Univisión, o cualesquiera otra fuente noticiosa, “imperialista” o no. Nacen de cartas, comentarios y de reflexiones hechas por amigos, dentro y fuera de Venezuela, y de la lectura cuidadosa y analítica de innumerables publicaciones, tanto afectas como antagonistas a su gobierno. El carácter diverso del material que usualmente escojo para mis lecturas, tiende a nutrir amplia y objetivamente mis puntos de vista.
2. No me he sumado, consciente o inconscientemente, a ningún tipo de complot orquestado por la C.I.A., ni formo parte de ningún "Lobby Internacional" con el propósito de crear mala publicidad para gobierno alguno. Me sorprende escuchar una vez más este tipo de acusaciones, en pleno siglo XXI, cuando debíamos haber superado ese asunto de las etiquetas. Si critico a alguien que se considera de izquierda, soy de la CIA; si critico a quien se considera de derecha, entonces soy comunista; cuando critico al militarismo, soy “subversivo”.
3. Considero como una verdad, el hecho de que el extinto Presidente Chávez haya demostrado, con sus consecutivas elecciones ganadas, el desprestigio de la partidocracia tradicional en Venezuela, y el deseo de cambio expresado libremente en las urnas por la voluntad popular. Pero también es verdad que hoy Venezuela no es una Nación unida: es un país cuya población está polarizada políticamente, una sociedad sumida en contradicciones obvias, con un gobierno electo por un estrecho margen, 1.49%, que no alcanzó el 51% de los votos de alrededor de un 80% de la población votante y con un ausentismo electoral del 20.32%. Ese gobierno, sin embargo, está decidido a imponer un sistema político/económico (que no califico ni descalifico), pero que obviamente no es aceptado por la mayoría de la población. En una situación como la descrita, parece recomendable realizar una consulta nacional para que el pueblo tome su decisión. Sin ello, lo que se percibe es eso, una imposición. Creo que su gobierno, Presidente Maduro, no posee la mayoría representativa que justifique lo que le está haciendo al país. Por otro lado, la oposición, mezcla de lo que existió en el pasado político de Venezuela y de lo nuevo que hoy lucha por hacerse respetar y considerar, no está formada por cuatro gatos fascistas, como se pretende hacer ver. Es una vital cantidad de personas. En estas circunstancias, la realidad de Venezuela es hoy como sería la de una casa donde la familia esta dividida, y existen habitaciones en las que la otra mitad no puede vivir, ni transitar. La Venezuela de hoy no es la Nación que todos sus habitantes desean, es una versión de país a la que sólo parece apoyar el 50% de la población, tomando en cuenta el total de los votos emitidos en las elecciones del 2013. Esa realidad determina la necesidad de considerar una modificación del rumbo presente, en busca de un balance que permita el desarrollo del argumento nacional en sus propios términos, más realista y menos agresivo; una Venezuela en la que no sean necesarios los gritos de "Patria o Muerte", entre hermanos.
4. Como los Chavistas se auto-definen como "Socialistas", debemos asumir que comprenden de lo que hablan, y que han estudiado a quienes inicialmente convirtieron las teorías sociales de Marx y Engels, en propuestas experimentales del socialismo y el comunismo, particularmente en Rusia, tras la revolución bolchevique de 1917. Deben conocer, por ejemplo, los comentarios vertidos por Vladimir Ilich Lenin en su folleto titulado, "La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo", (este título no es un artificio al estilo Borges, así lo tituló el propio Lenin y si no lo creen, pregunten a Fidel, que él debe haberlo leído). En ese escrito cita Lenin los errores que se cometen en nombre del izquierdismo, por no considerar las circunstancias objetivas a la hora de tomar decisiones, y peor aún, las consecuencias históricas que produce no reconocer y rectificar dichos errores. Allí describe cómo, en 1918, los camaradas Radek y Bujarin, máximos representantes del entonces llamado "Comunismo de Izquierda", fueron obligados a reconocer públicamente su error, al no comprender ni aceptar inicialmente que, el argumento para justificar la Paz de Brest, no constituía necesariamente un compromiso con los imperialistas, sino que obedecía a una necesidad política determinada por las condiciones objetivas del momento, algo que Lenin describió como un “do ut des”, un te doy para que me des. La metáfora que hace Lenin sobre asaltantes y asaltados aclara muy bien el argumento. ¿No es, acaso, un “do ut des” el acuerdo que tiene Venezuela con el “imperialismo” en el caso del petróleo venezolano, que suple a Estados Unidos a cambio de los dólares que necesita la economía del país? 
5. Este mismo criterio indicaría que, en las presentes circunstancias, no resulta apropiado que su gobierno imponga sus deseos, o desconozca, o pretenda ignorar la validez de los argumentos planteados por sus críticos venezolanos. No creo que es a través de la represión, la censura, o el recurso demagógico que se produce la respuesta racional a una condición objetiva inobjetable. Tal actitud solo provocaría más violencia, que generaría la posibilidad de una ingobernabilidad, un vacío político que podría ser llenado con un golpe militar, la única institución con la capacidad de organización y poder coercitivo para enfrentar el caos institucional y civil resultantes.
6. Nunca he estado, no estoy, ni estaré de acuerdo con intervenciones armadas del país que sea en los asuntos internos de nuestras naciones. Categóricamente lo digo. El mío sufrió ese mal, y no lo justifico de ninguna manera.
7. Aunque agradezco su invitación a visitar Venezuela, no considero apropiado aceptar en este momento. Tal visita podría ser considerada como un endoso a su gestión y a la posición de su gobierno. De igual forma, tampoco aceptaría una invitación en tal sentido por parte de los que lo oponen; no ahora. Y para aclarar aún más este punto, he recibido también ofrecimientos de trabajo importantes para ir a Venezuela este año, y de igual manera las he rechazado porque no me parece correcto hacerlo en las actuales circunstancias que vive el país. 
8. En cuanto al "alma venezolana", señor Presidente, y a la nobleza de su pueblo, la conozco muy bien porque la llevo dentro, sin etiquetas, junto a mi alma panameña y latinoamericana. Ese argumento no entra en esta discusión. Esa alma, además, me la encuentro dentro y fuera de ese noble país, desde mi primera visita en los años 60. Y se acrecienta con los años y se reaviva en mi amistad con César Miguel Rondón, Pedro Leon Zapata, el finado, pero aun amigo, José Ignacio Cabrujas; Jonathan Yakubowicz,  Edgar Ramirez, Budu, Oscar de León, Clarita Campins, Marilda Vera, Gustavo Dudamel, Ozzy Guillén, el gran Luis Aparicio; en mi admiración por Don Simón Díaz -cuya desaparición justamente hoy tenemos que llorar-  Aldemaro Romero, el Profesor Abreu y tantos otros magníficos expositores del talento, capacidad y nobleza del pueblo de Bolívar. Todos ellos me refuerzan la presencia de esa alma. Y quizás ninguna me resuene por dentro más representativa que la de mi querido y recordado amigo, Luis Santiago, que se nos fue joven, durante la tragedia de La Guaira del '99, y por eso será joven eternamente, igual que el inspirador ejemplo planteado por la excelencia de los jóvenes de El Sistema, el grupo de las Orquestas y el vocal, todos maravillosos ejemplos de lo que logra el trabajo, la disciplina y la esperanza de ser mejores. Sin alharacas, ni alaridos panfletarios, con la guía de maestros venezolanos, el sector popular demuestra su calidad mundial.
No necesito ir a Venezuela para encontrar a su alma, porque ella va conmigo adonde sea que yo vaya, desde hace tiempo ya. 
9. No deja de tener credibilidad la afirmación de que, bajo gobiernos de lo que se denomina izquierda, se crean más oportunidades para el sector popular. Por regla general, los gobiernos que se dicen de derecha se preocupan más por sus intereses particulares que por los del pueblo al que alegadamente representan. Pero creo que hay distintas versiones con las que tipificar el empoderamiento del que usted habla (entendiendo que "empoderar" significa el dar posibilidad de hacer y poder) al "Pablo Pueblo" que describo en mi canción. Una de ellas es creando el espacio para que su dignidad sea respetada y sus derechos también. Otra es brindando la oportunidad para desarrollar su capacidad, no solo con subsidios que lo hagan dependiente de otros, o que estimulan los peores instintos que todos poseemos. Para mí, la verdadera revolución social es la que entrega mejor calidad de vida a todos, la que satisface las necesidades de la especie humana, incluida la necesidad de ser reconocidos y de llegar al estadio de auto-realización, la que entrega oportunidad sin esperar servidumbre en cambio. Eso, desafortunadamente, no ha ocurrido todavía con ninguna revolución. 
Le expreso mis opiniones, Señor Presidente, sin odio, sin agendas secretas, ironías, ni intereses subrepticios. Reitero mi agradecimiento por el tono de su conversación y por su consideración al otorgar la atención de su valioso tiempo a las palabras de este panameño de Latinoamérica. 
Termino con una especie de ruego a los bandos enfrentados en la querida Venezuela: empiecen a sumar y dejen ya de restar. Y que se detengan los insultos y la diatriba, para que los venezolanos empiecen a conversar; que el silencio es el mejor preámbulo a un diálogo razonado.
Viva Venezuela!
Atentamente,
Rubén Blades
20 de Febrero, 2014




 
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