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lunes, 26 de enero de 2015

Día Internacional de Conmemoración Anual en memoria de las víctimas del Holocausto



Título de la obra: La Cigarra.
Por: María Elena Walsh.

Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
Sin embargo estoy aquí resucitando.
Pero si estoy a la desgracia
y la mano con puñal
por qué mató tan mal,
y seguí cantando.


Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.


Tantas veces me borraron,
tantas desparecí,
ami propio entierro fui
sola y llorando;
hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.


Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.


Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
cuántas noches pasarás
desesperando.
Y a la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.


Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,



igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.


Fragata Cultural se une a la conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto, en donde fallecieron cerca de seis millones de judíos, de los cuáles un millón quinientos mil eran niños.

 

lunes, 22 de diciembre de 2014

El detalle de Mimí

LA PEQUEÑA MIMÍ (VERANO DE 1988).
En octubre de 2011 recibí un correo electrónico de una persona que había comprado mi libro "Un Regalo a Stella Maris" a través de AMAZON ESPAÑA.  Sus líneas eran breves y lucían sinceras, finalizando con una interrogante:

"Buenos días Luis, recién acabo de adquirir tu poemario y además de la nota del autor, El Detalle de Mimí me enloqueció.  ¿Qué es lo que mueve a un hombre a escribir algo tan maravilloso como esto?"

De momento no supe que responder, y me causó mucha gracia.  Días después le respondí.  ¡Si..!  Me tomó días, y ¿saben que? Creo que a mi cliente no le convenció mi alegato, pero me reconforta pensar, o mas bien imaginar que no vio mi contestación en su bandeja de entrada, o que la borró incidentalmente antes de leerla.  La española aún no me ha confirmado que recibió mi respuesta.

Pero, ¿Qué es lo que mueve a una mujer escribirle a un pendejo al otro lado del mundo para saber por que escribió algo?  ¿Realmente a la gente le gusta este escrito?  Pareciera que si, pues de todas las personas que conozco, y que han adquirido mi libro, todos se inclinan en elegir a El Detalle de Mimí como lo mejor de esta compilación.  Lo que muchos de ellos no saben, es que en efecto Mimí existe, y es oriunda de uno de los lugares (para mí) más especiales de la geografía panameña: LA CHORRERA.

El Detalle de Mimí no es mas que un hermoso recuerdo transformado en párrafos.  Se trata de una niña que conocí en el verano de 1988 en el barrio de Los Guayabitos, contiguo a la feria de La Chorrera.  Llegaba casi todos los días a la casa de mis tíos a llevarme regalos y otros detalles.  Era un encanto verla sobre su pequeña bicicleta pedalear por las calles del barrio arriba enunciado.

Nuestros destinos tomaron rumbos distintos, pero su sonrisa me acompaño siempre, y aunque nunca mas supe de ella, me agradaba pensar en sus atenciones, que no eran mas que chocolatitos, confites, y una inocente sonrisa (algo despoblada de incisivos y caninos), nada que no pudiera comprar una niña de 8 años.

Veinte años después, estaba revisando mi cuenta de facebook, y en el perfil de una amiga, me pareció verla en su lista de amigos.  Ahí estaban sus rizos adornando su mirada tierna.  Ese día supe su verdadero nombre: ALEXANDRA MATA.

A pesar que le envié una solicitud de amigos, mi querida Mimí no la aceptó.  Obvio, ¿como se me ocurre a mi que ella me iba a reconocer?  Yo pesaba en aquel entonces unas ochenta libras con ropa mojada y botas; y ella... ella ni siquiera tenía los pechos que lucían muy bien puestos en algunos escotes de sus albumes de fotos de la reconocida red social.

Meses después me atreví a escribirle, y fue entonces cuando me reconoció.  Quizás fue esa extraña sensación de júbilo lo que me motivó a escribir esta hermosa prosa.  Para mí era muy importante que ella me recordara tanto como yo a ella.  Me tomó cerca de 20 minutos redactar el primer borrador. 

Cuando decidí incluirlo para que abriera mi primer libro, le hice muy pocas correcciones de índole gramatical, por lo demás, quedó intacto.

Me hubiera gustado que alguien filmara ese momento en que Mimí, recibía la correspondencia y sacaba a relucir el primer ejemplar de "Un regalo a Stella Maris", una edición única, pues se tuvieron que hacer cambios sustanciales en la segunda edición para poder optar por la distribución global en las plataformas de ventas bajo demanda.

Con ustedes, mis estimados lectores, El Detalle de Mimí, de mi poemario "UN REGALO A STELLA MARIS".  Los párrafos que siguen se explican por sí solos.

 

EL DETALLE DE MIMÍ 
 
La mañana transcurre con normalidad en el barrio de Los Guayabitos, cercano a la Feria de La Chorrera.  Una brisa veraniega fustiga apaciblemente los portales de las casas y pequeños remolinos de hojas secas se forman en el cruce donde está ubicada la tienda del señor Rubelio.

En una de las viviendas, una niña se mira al espejo algo nerviosa.  Se preparaba para una difícil empresa, quizás para ella la más importante que realizaría a su corta edad.  El espejo cómplice refleja la imagen de aquel peine que se desliza suavemente por las delicadas hebras de cabello color oro que le cuelgan a la pequeña jovencita desde el cráneo hasta poco más abajo de sus hombros.

El Consejo General de los niños del barrio habían acordado el día anterior de encontrarse a las cuatro de la tarde frente en la casa del señor Karicas con el propósito de jugar la lata, un antiguo juego de los niños panameños que consistía en esconderse y tratar de rescatar a los encontrados por el buscador, arrebatándole la lata que tenía en su poder y que era rellenada con piedras para que hiciera ruido al momento del salvamento.

La niña se preparaba para llegar mucho antes de lo acordado, pues era necesario incrustarse en la memoria de alguien para siempre y no estaba dispuesta a dejar pasar más tiempo.

De pronto, ruge el cacho con su estridente sonido proveniente del edificio del Cuerpo de Bomberos de La Chorrera indicando que son las doce del medio día y de inmediato, la niña sale del baño con dirección a la puerta de entrada de su casa.

Las verjas de la vivienda del Doctor Mata se abren, y sobre una diminuta bicicleta, pedalea la bella Mimí por la deteriorada calle frente a su casa con la intención de hacer una escala estratégica en la tienda del señor Rubelio. 

Mientras avanza, las gramas de los patios se reverdecen, las flores veraneras de los jardines de las casas le sonríen, y los árboles de marañón, de mango, de ciruela y de guaba, se inclinan para hacerle reverencias a la hermosa muchachita.
A ella, le encantan las malteadas que en enormes vasos de aluminio les sirve Don Rubelio a los niños chorreranos  junto con  vasitos  de raspado, a cambio de la módica suma de veinticinco centavos de dólar.  Era necesaria una de ellas para darle fuerzas ante la significativa y valiente proeza que en pocos minutos realizaría.

El cabello de la bella Mimí brilla cuan destellos que desesperados, hacen lo imposible para no ser opacados por los eclipses de sol.  Vestía un pantaloncito licra color naranja, una camisita blanca sin mangas, medias dobladas en tres partes y un par de zapatillitas blancas.

Una vez ingerida la malteada, la niña toma aire, aborda su bicicleta y se dirige a la residencia en donde horas más tarde se encontrarían los niños del barrio para jugar la lata. 

En las escaleras de la entrada de aquella vivienda, un muchacho la observa acercarse mientras que los papos y las chavelitas del jardín florecen ante la llegada al lugar de tan descomunal expresión de la belleza chorrerana.

Él le comenta: – ¡Mimí!, tu por aquí tan temprano... ¿y ese milagro?

Ella se baja de su bicicleta  y se  le acerca al tiempo que contesta: – ¡Vine a traerte algo!

Él le sonríe y le mira fijamente a los ojos.

Ella se sonroja... sus pestañas tintinean... y una inocente sonrisa entrecortada se dibujó en su diminuto rostro. En su labio superior, una delgada línea blanca delataba la malteada asesinada a tragos minutos antes.

Ella tomó la mano izquierda del muchacho y en su palma, colocó el regalito que con tanta admiración y afecto le acababa de comprar en la tienda del señor Rubelio.

El se sonrojó al percatarse que se trataba de 6 pequeños corazoncitos de chocolate envueltos en un papel de color aluminio, de esos que se les conoce con el nombre de “besitos”.

La niña se llenó de valor y a la velocidad de un colibrí, se acerca aún más para besar la mejilla del muchacho retrocediendo de inmediato para abordar su bicicleta.

De regreso a casa, sus cabellos se levantan en el aire al momento que su cabeza gira hacia atrás para decirle a él: – ¡Nos vemos a las cuatro para jugar la lata!

Mientras que la bicicleta de la bella Mimí se aleja, una picarona sonrisa se dibuja en el rostro del adolescente.
Es el primer detalle que recibe de una niña que se interesa por el...


ALEXANDRA MATA (MIMÍ) EN LA ACTUALIDAD
(Recibiendo la correspondencia con un ejemplar del libro en su interior)





UN REGALO A STELLA MARIS
Las Quince Primaveras
De venta en todos los canales de distribución de las tiendas AMAZON y LULU

lunes, 24 de noviembre de 2014

Playa La Ermita: Un instante compendiado en décimas

Las imágenes de este escrito fueron tomadas por el autor en el sitio.

Título de la obra: Playa La Ermita: un instante compendiado en décimas.
Género: Poesía.
Forma poética: Octosílabos en estrofas de 10 versos (Décimas).
Autor: Luis Flórez Karica.


Sobre un linóleo de sal
las olas se precipitan...
y dos cangrejos se excitan
en su danza conyugal.
El encuentro ocasional
de los crustáceos en celo,
fue espiado desde el cielo
por un ser angelical
que volaba hasta el final
de las olas con anhelo.

¡El sol abraza el lugar!
el calor es sofocante...
y la joven estudiante
decide abrazar el mar.
Se acaba de enamorar
de un humilde pescador,
y que en el mes anterior
consigue que su amor entre.
Muy adentro de su vientre
germina el mas grande amor.

Con un rojo que me hechiza
los rayos del sol son lerdos,
y al ritmo de mis recuerdos
va la tarde que agoniza.
Una brisa advenediza
trae el sabor de sus bocas,
y al juntar sus risas locas
con frenesí yo sentí,
los besos que repartí
sobre las antiguas rocas.

La noche es negra laguna...
y bajo de ella un delfín
va nadando hasta el confín
del reflejo de la luna.
El espera tener fortuna
con una delfín bonita,
y ha cuadrado una cita
para poder coexistir.
Un amor ha de surgir
en los mares de La Ermita.

Mi voz suele coincidir
con la danza del trasmallo...
sembrado en el mes de mayo
por gente de buen vivir.
¡Hoy sierras van a morir!
Colmarán un bote noble
tallado de un gran roble
que se tuvo que morir...
así yo quiero dormir...
sobre olas en redoble.

Si tuviera que elegir
un lugar en este mundo;
con un anhelo profundo
en La Ermita quiero morir.
Lo mejor de mi existir
es poderme guarnecer
en un bello amanecer
al momento de partir...
La Ermita me hará vivir
después de yo fallecer...




lunes, 14 de julio de 2014

FAREWELL

Por: Pablo Neruda.

DESDE el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste, como yo, nos mira.
Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas.
Por esas manos, hijas de tus manos,
tendrían que matar las manos mías.
Por sus ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día.



                        2
YO NO lo quiero, Amada.
Para que nada nos amarre
que no nos una nada.
Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron las palabras.
Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.
                        3
(AMO el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.
Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.
                        4
AMO el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.
Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse
para volver a amar.
Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.)
                        5
YA NO se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía. Tu serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
...Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.

martes, 29 de octubre de 2013

Poesía "En la orilla del remanse"


Del Poemario "Un Regalo a Stella Maris".
Autor: Luis Flórez Karica.




En la orilla de El Remanse, donde yo aprendí a nadar,
fui a buscar las tibias aguas que solía yo abrazar.
y después de muchos años de aquél río visitar
El Remanse se despierta... y me empieza a suplicar.

Mi tigrillo buen mozo, ¿Por qué ya no has de disfrutar de las cálidas caricias que mis aguas te han de dar?  Ya los niños han crecido y no vienen a jugar,
ya no hay jóvenes que quieran por las noches romancear.

Con los ojos humedecidos El Remanse me contó,
que los niños de San Carlos ya no rayan su peñón.
La tristeza me ha vencido tras el río reclamar
que no vayan los chiquillos por las tardes a nadar.

Ya no vienen las ancianas con sus bultos a lavar...
ya los perros no se esmeran en iguanas corretear..

En la orilla de El Remanse, donde por primera vez nadé, abrazado por sus aguas, con el río...  


lloré...


Nota: La charca "El Remanse" es un embalse natural que forma parte del Río Agallal, que proviene de las montañas de La Ermita, y desemboca en la playa del mismo nombre, ubicada en la costa oeste de la Provincia de Panamá, en el océano pacífico.

Esta charca profunda a la que el autor dedica el poema, está ubicado en el poblado de Piedras Gordas, Corregimiento de El Higo, Distrito de San Carlos.

Algunos ancianos del pueblo de Piedras Gordas afirman que este embalse natural fue en su momento, un lugar de reposo para las tropas rebeldes de Victoriano Lorenzo en la guerra de los mil días.

sábado, 24 de agosto de 2013

Mar Alzamora-Rivera presentó en la FIL de Panamá "El día que no tuvo noche"


  • Mar Alzamora-Rivera forma parte de la nueva generación de poetas empíricos que sin prepararse en talleres de creación literaria, lograr abrirse paso en la creciente pasión del panameño por la escritura.
  • Conversó en exclusiva con los marinos de la Fragata Cultural, y nos confesó que muy pronto incursionará en el mundo del cine escribiendo guiones.
"En las pequeñas cosas están los grandes detalles de la vida".  Esta es la frase predilecta que siempre utiliza mi ex-profesor de economía (ahora amigo personal) antes de transmitirme un consejo de vida en las tertulias improvisadas y enrojecidas por litros de vino.  El profesor Palacios dice: "Ponle cuidado a las cosas pequeñas, por más insignificantes que parezcan, pues en ellas encontrarás los grandes detalles de la vida". Vaya que tiene razón.

En el stand del Instituto Nacional de Cultura, uno de los tantos que se encuentran marinando en el "mar de conocimientos" de la Novena Feria Internacional del Libro, nos encontramos quizás con la obra literaria más pequeñita del evento.  Al recordar las enseñanzas de mi maestro, rápidamente me detuve, lo tomé, y pregunté: ¿Cuanto cuesta?

Lo que aconteció después fue un cúmulo de información valiosa y sensaciones agradables, pues tenía en mis manos la primera publicación de Mar Alzamora-Rivera, una obra denominada "El día que no tuvo noche". El pequeño libro consta de poco menos de 50 páginas y sus versos se diseminaron rápidamente en el mapa sensorial de mi ser inconsciente.

Ella nos confesó que es una poetisa empírica, pues nunca se ha preparado para escribir, lo que me parece fabuloso, pues aunque existan parámetros para el género, los poetas deben limitarse a escribir sentimientos y sensaciones, y esas cosas no se aprenden... se viven... se perciben.. se sienten...

La pureza poética de la obra "El día que no tuvo noche" es muy bien explicada por Salvador Medina Barahona, quien en la contraportada del libro relata: "Versos surgidos tras el vaivén de la pérdida, y tallados bajo la estricta supervisión de la soledad, son estos que conforman El día que no tuvo noche, primer libro de Mar Alzamora-Rivera.  Su palabra poética ha traído goce de lo difícil y ha dado re-significación a la ruptura. Lejos están los días en que la heroína vive de hazañas amorosas; pero han llegado a nosotros hechos arte, bella pulsión de lo imposible, energía cinética que deviene en reencuentros airados o en búsquedas de identidad personal que sirvan de sustitución del recuerdo.  He aquí una hermosa paradoja: Que se cante desde lo sin voz; que se ame desde lo que ya dejó de latir. Se mueve en estas páginas un idioma sagrado, de esos que articulan los amantes luego de sobrevivirlo y olvidarlo todo. Hay en ellas restos de pólvora que se parecieran reunirse bajo un sol de mediodía, arsenal de luz a punto de estallarnos en la cara".

Mar Alzamora-Rivera nos entregó la "Pequeña Gran Obra" de la Novena Feria Internacional del Libro, con un valor agregado e inesperado: la sonrisa más hermosa de todo el Centro de Convenciones Atlapa y un club de libélulas que me persiguen hasta los confines más recónditos de lo que falta por conocer.

Desde los mares panameños, tras el timonel de nuestra Fragata Cultural, presento para toda Iberoamérica a Mar Alzamora-Rivera, y su conjunto de versos que al mezclarse se denominan "El día que no tuvo noche". 

Aquí junto a la nueva poetisa panameña.

"Cuando llegan los días en que la música se silencia, la palabra busca esas rutas vacías donde a veces germina la memoria. En esos lugares, donde habitan los fantasmas propios de la vida, nacen estos poemas"

MAR.

martes, 12 de marzo de 2013

POESÍA "PANAMÁ: UN PAÍS REAL.


Poesía "PANAMÁ: UN PAÍS REAL.
Autor: Bolivar Perigault Sánchez.


La Patria nunca deja de ser…
Porque es el principio y el fin de la esperanza
de los sueños compartidos/
de las risas y el llanto de los niños

La Patria nunca deja de ser…
Porque es la alegría y la nostalgia de los viejos
las canas del abuelo paterno
es esa cabellera blanca de las madres
y el corretear de los hijos y nietos
alegres/por las tardes

Mi Patria nunca deja de ser
Porque siempre late en el corazón de mis deseos
en el sonido permanente del tambor y en los clarines
y en las trompetas que animan los desfiles…
Es noviembre, es música,
es nuestra identidad de panameños

Mi Patria nunca deja de ser…
Porque es permanencia en los quereres
y es consistencia en los amores compartidos

Es esa sumatoria de todas las salomas campesinas.

Mi Patria nunca dejará de ser…
Porque es el Panamá que todas y todos anhelamos
Porque es esa tierra nuestra que nos vio nacer
Hermosa, Bendita y Sagrada
Que navega hacia el futuro para bien del mundo
entre olas espumosas y  peces-mariposas-rascacielos
en medio de un Canal imaginario y actual
que por poco le cuesta la vida
en la empinada

Mi país nunca dejará de ser
Porque es un sitio real
Para nacionales y extranjeros/
para vivir, para cantar, para soñar
y para trabajar
y realizar los sueños y las esperanzas
y compartir anhelos
y respirar en paz

miércoles, 13 de febrero de 2013

POESÍA CANCIÓN DE CARNAVAL.

Rubén Darío

Poesía: Canción de Carnaval.
Autor: Rubén Darío.


Musa, la máscara apresta, 
ensaya un aire jovial 
y goza y ríe en la fiesta 
del Carnaval. 

Ríe en la danza que gira, 
muestra la pierna rosada, 
y suene, como una lira, 
tu carcajada. 

Para volar más ligera 
ponte dos hojas de rosa, 
como hace tu compañera 
la mariposa. 

Y que en tu boca risueña, 
que se une al alegre coro, 
deje la abeja porteña 
su miel de oro. 

Únete a la mascarada, 
y mientras muequea un clown 
con la faz pintarrajeada 
como Frank Brown; 

mientras Arlequín revela 
que al prisma sus tintes roba 
y aparece Pulchinela 
con su joroba, 

di a Colombina la bella 
lo que de ella pienso yo, 
y descorcha una botella 
para Pierrot. 

Que él te cuente cómo rima 
sus amores con la Luna 
y te haga un poema en una 
pantomima. 

Da al aire la serenata, 
toca el auro bandolín, 
lleva un látigo de plata 
para el spleen. 

Sé lírica y sé bizarra; 
con la cítara sé griega; 
o gaucha, con la guitarra 
de Santos Vega. 

Mueve tu espléndido torso 
por las calles pintorescas, 
y juega y adorna el Corso 
con rosas frescas. 

De perlas riega un tesoro 
de Andrade en el regio nido, 
y en la hopalanda de Guido, 
polvo de oro. 

Penas y duelos olvida, 
canta deleites y amores; 
busca la flor de las flores 
por Florida: 

Con la armonía te encantas 
de las rimas de cristal, 
y deshojas a sus plantas, 
un madrigal. 

Piruetea, baila, inspira 
versos locos y joviales; 
celebre la alegre lira 
los carnavales. 

Sus gritos y sus canciones, 
sus comparsas y sus trajes, 
sus perlas, tintes y encajes 
y pompones. 

Y lleve la rauda brisa, 
sonora, argentina, fresca, 
¡la victoria de tu risa 
funambulesca!


martes, 29 de enero de 2013

POESÍA "NUEVO CANTO A STALINGRADO".



AUTOR: PABLO NERUDA.


Yo escribí sobre el tiempo y sobre el agua,
describí el luto y su metal morado,
yo escribí sobre el cielo y la manzana,
ahora escribo sobre Stalingrado.

Ya la novia guardò con su pañuelo
el rayo de mi amor enamorado,
ahora mi corazòn está en el suelo,
en el humo y la luz de Stalingrado.

Yo toqué con mis manos la camisa
del crepúsculo azul y derrotado:
ahora toco el alba de la vida
naciendo con el sol de Stalingrado.

Yo sé que el viejo joven transitorio
de pluma, como un cisne encuadernado,
desencuaderna su dolor notorio
por mi grito de amor a Stalingrado.

Yo pongo el alma mía donde quiero.
Y no me nutro de papel cansado,
adobado de tinta y de tintero.
Nací para cantar a Stalingrado.

Mi voz estuvo con tus grandes muertos
contra tus propios muros machacados,
mí voz sonò como campana y viento
mirándote morir, Stalingrado.

Ahora americanos combatientes
blancos y oscuros como los granados,
matan en el desierto a la serpiente.
Ya no estás sola, Stalingrado.

Francia vuelve a las viejas barricadas
con pabellòn de furia enarbolado
sobre las lágrimas recién secadas.
Ya no estás sola, Stalingrado.

Y los grandes leones de Inglaterra
volando sobre el mar huracanado
clavan las garras en la parda tierra.
Ya no estás sola, Stalingrado.

Hoy bajo tus montañas de escarmiento
no sòlo están los tuyos enterrados:
temblando está la carne de los muertos
que tocaron tu frente, Stalingrado.

Deshechas van las invasoras manos,
triturados los ojos del soldado,
están llenos de sangre los zapatos
que pisaron tu puerta, Stalingrado.

Tu acero azul de orgullo construido,
tu pelo de planetas coronados,
tu baluarte de panes divididos,
tu frontera sombría, Stalingrado.

Tu Patria de martillos y laureles,
la sangre sobre tu esplendor nevado,
la mirada de Stalin a la nieve
tejida con tu sangre, Stalingrado.

Las condecoraciones que tus muertos
han puesto sobre el pecho traspasado
de la tierra, y el estremecimiento
de la muerte y la vida, Stalingrado.

La sal profunda que de nuevo traes
al corazòn del hombre acongojado
con la rama de rojos capitanes
salidos de tu sangre, Stalingrado.

La esperanza que rompe en los jardines
como la flor del árbol esperado,
la página grabada de fusiles,
las letras de la luz, Stalingrado.

La torre que concibes en la altura,
los altares de piedra ensangrentados,
los defensores de tu edad madura,
los hijos de tu piel, Stalingrado.

Las águilas ardientes de tus piedras,
los metales por tu alma amamantados,
los adioses de lágrimas inmensas
y las olas de amor, Stalingrado.

Los huesos de asesinos malheridos,
los invasores párpados cerrados,
y los conquistadores fugitivos
detrás de tu centella, Stalingrado.

Los que humillaron la curva del Arco
y las aguas del Sena han taladrado
con el consentimiento del esclavo,
se detuvieron en Stalingrado.

Los que Praga la Bella sobre lágrimas,
sobre lo enmudecido y traicionado,
pasaron pisoteando sus heridas,
murieron en Stalingrado.

Los que en la gruta griega han escupido,
la estalactita de cristal truncado
y su clásico azul enrarecido,
ahora dònde están, Stalingrado?

Los que España quemaron y rompieron
dejando el corazòn encadenado
de esa madre de encinos y guerreros,
se pudren a tus pies, Stalingrado.

Los que en Holanda, tulipanes y agua
salpicaron de lodo ensangrentado
y esparcieron el látigo y la espada,
ahora duermen en Stalingrado.

Los que en la noche blanca de Noruega
con un aullido de chacal soltado
quemaron esa helada primavera,
enmudecieron en Stalingrado.

Honor a ti por lo que el aire trae,
lo que se ha de cantar y lo cantado,
honor para tus madres y tus hijos
y tus nietos, Stalingrado.

Honor al combatiente de la bruma,
honor al comisario y al soldado,
honor al cielo detrás de tu luna,
honor al sol de Stalingrado.

Guárdame un trozo de violenta espuma,
guárdame un rifle, guárdame un arado,
y que lo pongan en mi sepultura
con una espiga roja de tu estado,
para que sepan, si hay alguna duda,
que he muerto amándote y que me has amado,
y si no he combatido en tu cintura
dejo en tu honor esta granada oscura,
este canto de amor a Stalingrado.


miércoles, 23 de enero de 2013

POESÍA "NUEVA PRESENCIA".

Olga Isabel Chams Eljach (Meira Delmar)
1922 - 2009

POESÍA: Nueva Presencia.
AUTORA: Meira Delmar.


Venías de tan lejos como de algún recuerdo.
Nada dijiste. Nada. Me miraste a los ojos.
y algo en mí, sin olvido, te fue reconociendo.
Desde una azul distancia me caminó las venas
una antigua memoria de palabras y besos,
y del fondo de un vago país entre la niebla
retornaron canciones oídas en el sueño.
Mi corazón, temblando, te llamó por tu nombre.
Tú dijiste mi nombre… Y se detuvo el tiempo.
La tarde reclinaba su frente pensativa
en las trémulas manos de los lirios abiertos,
y a través de las nubes los pájaros errantes
abrían sobre el campo la página del vuelo.
Con los hombres cargados de frutos y palomas
interminablemente pasaba el mismo viento,
Y en el instante claro de los bronces mi alma,
llena de ángelus, era como un sitios del cielo.
Una vez, antes, antes, yo te había perdido.
En la noche de estrellas, o en el alma de un verso.
Una vez. No sé donde… Y el amor fue tan sólo
encontrarte de nuevo.

Cortesía de Miguel Antonio Chavarro Buriticá


domingo, 30 de diciembre de 2012

Panamá libre


Firma de Los Tratados Torrijos-Carter
PANAMÁ LIBRE.
Autor: Bolivar Perigault Sánchez


Algún día patria mía....
Tus peces nadarán seguros en tus mares,
mil rosas florecerán al horizonte
y en tus aires
se pasearán con gozos
cien mil nubes con banderas
y un arco iris tricolor
anunciando tu liberación
será el encanto final de la victoria
y serás libre... Y serás libre!

Algún día patria mía,
un águila guerrera, campesina, panameña,
fundirá con su mirada
cincuenta estrellas, que hoy te dañan
y te oprimen
y te hieren
y te queman
y entonces serás libre, libre, libre.

Algún día patria mía,
reverdecerán tus pastos
y tus fértiles campiñas
bañadas de lluvias frescas
traerán frutos y esperanzas nuevas
porque no habrán mas balas
en tus tierras ni en tus campos,
y no verán fusiles
ni cañones
ni armamentos
ni metrallas
ni extraños uniformes en tus calles
ni bases militares extranjeras
como insulto agresivo a tu bandera
y serás libre... Y serás libre!

Algún día patria mía,
un coro de mártires
se oirá en todos tus cerros
y el Ancón de Amelia
verá su Chorrillo restaurado
porque no habrán más cercas
que interrumpan tus senderos
ni necios policías
que priven a los niños de sus juegos
bajo un cielo libre, soberano, panameño.

Algún día patria mía,
con tus sueños y ansias enlazadas
tus poetas harán del futuro
un nuevo lienzo
y en él no serán ¡Oh Patria!
la pequeña de Miró,
ni la fácil ni la abierta
de Demetrio Korsi,
ni la de oscuros cuartos donde no entra el sol
de Demetrio Herrera,
y tus horas no serán ¡Oh Patria!
horribles cloacas
como Franco te pensara por momentos
porque serán tan grandes como tu dolor pasado,
tan luminosa como la sonrisa de tus hijos
Entonces Patria mía
te defenderán hasta la muerte
una cadena irrompible de banderas,
con manos valientes por estrellas
y lanzas de fuego por sus mástiles.

Y por siempre Patria mía,
descansarás sobre apacibles aguas
y espumas de canales
recorrerán todos tus mares
y la tenue caricia de tus vientos,
mecerá la hamaca de tus hijos
y nacerás robusta ante la nueva historia.

Y por siempre Patria mía
serás libre, libre... LIBRE.


Panamá, noviembre de 1973.


FELICIDADES PANAMÁ: 13 AÑOS ADMINISTRANDO TU CANAL, Y ERES SOBERANA SOBRE CADA CENTÍMETRO CUADRADO DE TU TERRITORIO (31 DE DICIEMBRE DE 1999 - 31 DE DICIEMBRE DE 2012).



CORTESÍA DE LA AUTORIDAD DEL CANAL DE PANAMÁ.

lunes, 3 de septiembre de 2012

UN REGALO A STELLA MARIS, LAS QUINCE PRIMAVERAS.

Portada de la obra Un Regalo a Stella Maris.

"Texto tomado de la nota del autor del libro"


Semanas antes de que mi sobrina Stella Maris De Abreu cumpliera catorce años (4 de julio de 2010), decidí obsequiarle algo diferente y especial, pero que no resultara muy oneroso para mi tan golpeada economía.  Así fue como de las entrañas de los más profundos sentimientos y recuerdos que gravitan en mi yo interior, nació Un regalo a Stella Maris, un poema escrito sobre las ardientes arenas de la playa El Palmar, en el maravilloso Distrito de San Carlos.

Este poema se inspira en la forma como el tiempo nos sorprende desapareciendo para siempre a los niños y niñas que amamos, convirtiéndolos repentinamente en hombres y mujeres quedando en nuestros adentros una lacerante sensación de amargura por lo poco que los pudimos disfrutar.

Sobre una alfombra de arena gris y bajo la sombra de uno de aquellos ranchos que se alquilan en el concurrido balneario (El Palmar), recordaba cuando mi sobrina y yo hacíamos castillos de arena en un domingo de playa, en el mismo lugar en donde ahora me encontraba con un lápiz gastado y un pedazo de papel manila, y en donde poco a poco cada vivencia fluía, impregnándose en el papel de manera mágica, convirtiéndose al final en dos hermosos tembleques diseñados con versos.

En el marco de la celebración de sus quince años (4 de julio de 2011) decidí conjugar en esta obra las cosas que mi sobrina y yo sabemos hacer muy bien: Ella recién inicia su carrera como modelo; yo comienzo con la publicación de esta obra mi carrera como escritor.  Y como apreciar fotos de Stella Maris es sinónimo de leer versos, presento a ustedes con sentimientos cargados de júbilo “UN REGALO A STELLA MARIS, Las Quince Primaveras”, que no es más que una compilación de todos los escritos realizados con cariño a mi patria, al amor y a mis enamoradas en los últimos quince años, alternados con imágenes en blanco y negro de mi querida sobrina.

De las montañas de fotografías tomadas a Stella, y que nos muestran algunos pasajes de su vida durante su cor-to peregrinaje por la tierra, me tomé la tarea de seleccionar cada retrato que acompañará a cada uno de mis poemas.  A medida que avancen en su lectura no notaran la diferencia entre imágenes y versos, pues como les decía anteriormente: “Las fotos de mi sobrina son versos”.

Y como ya he quebrantado todos los esquemas literarios haciendo esta extraña mezcolanza de retratos y versos, iniciaré esta obra con un escrito tan extraño y tierno, que no lo puedo ubicar ni como un poema en prosa, ni como un relato, ni como un cuento.  Se trata de una experiencia personal que ha navegado en mi memoria durante los últimos veinte años, recreado en las calles del barrio de Los Guayabitos, cercano a la Feria de La Chorrera, y que lleva como título: El Detalle de Mimí.

Agradezco de todo corazón a mis antiguas compañeras sentimentales que aunque no quieran verme ni en pinturas, gentilmente me han devuelto lo que una vez con tanta admiración les escribí, escritos que en algunos casos los había olvidado por completo.

De esta forma tan peculiar le doy el adiós a la niña, dejándola ir para siempre de mi vida para darle la bienvenida a la adolescente que muy pronto se convertirá en mujer y se casará con algún cocodrilo que la enamore.  Solo tengo la esperanza que quien lo haga no escriba mejor que yo.

A ella, le extiendo un abrazo repleto de sentimientos con la humilde ilusión de que sea este libro el mejor regalo que reciba en el 2011, año en que se celebran sus quince primaveras, y que el Todopoderoso la siga colmando de éxitos y bendiciones por siempre.

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lunes, 6 de agosto de 2012

LA SOMBRA.


Del poemario: Un Regalo a Stella Maris.
Autor: Luis Flórez Karica.


Aquí estoy tratando de ordeñar la tarde...
Pensando en la mirada que mi corazón desnudó,
traicionado por mi sombra que ya ni me persigue
porque tiene la esperanza que tu sombra le dé amor.

Pobre sombra que desnuda va corriendo tras la tuya,
recordando sus siluetas de romance en la pared,
esculpiendo las figuras de dos seres que se aman
con el fondo de un bolero y una vela de jerez.

Sombra que recuerda un torrente de pasiones
y se amaba con la tuya mientras yo te hacía volar;
como errante va vestido de las huellas de tu sombra,
pues los puntos cardinales ya no existen si tu amar.

Mi sombra sabe bien lo mucho que te quise,
y molesta esta conmigo porque no te supe amar;
¡Ignorante! pues no sabe que tu amor es mas difícil
que atar con una soga las estelas de la mar.

Ilusiones arañadas son todo lo que queda,
y una sombra majadera que no quiere claudicar,
me pregunto si la tuya quiere un beso de la mía
para hacer un sacrificio por dos sombras sin amar.

lunes, 4 de junio de 2012

A MARGARITA DEBAYLE.


Fue aproximadamente en el año de 1906 cuando el poeta Rubén Dario visitó la casa de su médico, el Doctor Louis Henri Debayle, en la paradisiaca Isla de Cardón, en Corinto, Nicaragua.

Margarita, una niña de al menos 8 años, y quien era hija del Dr. Debayle, le pide al poeta que le escriba un cuento en versos.  Una tarde en la playa, mientras la niña jugaba en la arena, Ruben Darío, sentado sobre una roca, escribe uno de los mas grandes poemas de todos los tiempos: A Margarita Debayle.

He aquí la "joya" escrita por el Nicaraguense Universal de los Siglos.

A MARGARITA DEBAYLE

Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:

Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosco de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.

Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: —«¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
—«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».

Y el rey clama: —«¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».

Y ella dice: —«No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».

Y el papá dice enojado:
—«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: —«En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».

Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.








 
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