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Victor Leonel Benavides |
Por: Victor Leonel Benavides Pinilla
El 9 de enero de 2013 celebraremos con júbilo 50 años de la gesta
patriótica más emblemática de la lucha nacionalista panameña por la
recuperación de nuestro Canal y con él, de nuestra identidad nacional.
En aquel entonces, los estudiantes del Instituto Nacional de Panamá, en
número de 200, entre varones y niñas, se dirigieron en una marcha pacífica, a
la Escuela Superior de Balboa para exigir el cumplimiento del acuerdo, entre
ambos países, que obligaba a las autoridades zoneitas a enarbolar el pabellón
nacional al lado del norteamericano, lo cual no se estaba cumpliendo.
El ejercicio de esa acción cívica popular y nacionalista trajo como
consecuencia decenas de muertos y heridos, producto de los enfrentamientos
entre la población civil, que se unió a la lucha estudiantil, y los militares
norteamericanos acantonados en la Zona del Canal. Los trágicos sucesos del 9 de
enero de 1964 unieron al pueblo y al gobierno panameño en sus intenciones de
luchar por recuperar el ejercicio de nuestra soberanía en todo el territorio
panameño. Posteriormente, recuperamos el Canal, gracias a la capacidad
negociadora que nos caracteriza como panameños y hoy, el mismo, es administrado
con los más altos niveles de excelencia.
La ocasión es propicia, sobre todo en este mes, en que conmemoramos un año
más de nuestra separación de Colombia, para repensar y reflexionar en torno al
modelo de país que anhelamos y por el cual lucharon los mártires de enero.
En los actuales momentos en que nos encontramos inmersos en los avatares
que entornan decidir el rumbo de la Patria, vale preguntarnos:
¿Amo realmente a mi país? ¿Cuál es el modelo de país en el cual aspiramos
vivir?
¿Tengo conciencia de Patria y de pertenencia hacia ella?
¿Estoy contribuyendo a engrandecerla?
Esta y otras muchas interrogantes tienen respuesta a lo interno de cada uno
de nosotros como ciudadanos de este país, independientemente de la posición,
transitoria que nos haya correspondido desempeñarnos, porque la idea de Patria
que concibo es permanente y trasciende el tiempo y el espacio.
No dudo de que todos los panameños queremos lo mejor para nuestro país. Sin
embargo, los enfrentamientos y disensiones que a diario observamos, en nada
contribuyen para fortalecer el sentido de pertenencia que hemos heredado,
producto de una lucha nacionalista generacional a lo largo de toda la centuria
republicana.
Soy del criterio de que la majestad de la Patria está muy por encima de las
circunstancias y es por ello que a Panamá hay que amarla, respetarla, vivirla y
quererla.
Hagamos un esfuerzo por nivelar en nuestros criterios, ese crecimiento
económico y tecnológico de un sector de la población con la desigualdad y la
pobreza que caracteriza a otros grandes sectores.
Nuestras instituciones deben mejorar su perfil de servicios a fin de que
vaya aparejado con la calidad de sus recursos humanos.
Hagamos Patria desde nuestras familias, desde la comunidad, en las escuelas
y en nuestras oficinas, tanto públicas como privadas. Detengámonos un momento
para reflexionar en torno al modelo de país que queremos heredar a las futuras
generaciones, lejos de cualquier preferencia o selectividad. Propugnemos
acciones mediadoras tendientes a pacificar y no a contender. Hagamos un
esfuerzo por fortalecer nuestro sentido de pertenencia hacia este hermoso país,
el cual gracias a los mártires de enero y a una lucha generacional unitaria del
pueblo y gobierno panameño hoy nos cobija bajo una sola bandera.
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